Si es de los que piensan que quejarse no sirve para nada, la realidad es que los datos no le dan la razón. Es cierto que Sacyl tarda en contestar (la media es de 26 días), pero sí se tienen en cuenta. Así, tomó medidas para solucionar el motivo de la queja en el 43,6% de los casos, aceptó el motivo que dio origen a la queja, considerando que el usuario tenía razón, en un tercio de las reclamaciones (32,3%) e incluso pidió disculpas en un 18,2% de las ocasiones. En un 10,4% de las quejas Sacyl no encontró que hubiera anomalías y un 0,4% de las reclamaciones se derivaron a otros órganos por considerar que los motivos de queja podían dar lugar a otros procedimientos distintos de tipo administrativo, patrimonial, judicial o penal. Y es que además del problema personal de cada cual, presentar quejas y reclamaciones tiene otra ventaja y es que Sacyl puede detectar las deficiencias y poner en marcha actuaciones de mejora. Hasta 75 se pusieron en marcha el año pasado. Entre otras, mejorar la organización y gestión de las agendas de citaciones, tanto en Atención Primaria como Especializada o reorganizar la actividad asistencial, del funcionamiento de varios servicios asistenciales.