La mejor manera de aprender es el juego. Sobre esta base se asienta el taller para niños "¡Súbete a la bicidioma del Tour de Francia!", que se lleva a cabo hasta el día 14 de este mes en la Alhóndiga. Son dos horas de diversión y aprendizaje que ocupan las mañanas de los niños de la capital. En este caso, el juego se aplica al conocimiento de un idioma, el francés. Para ello, se utiliza el teatro, entre otras actividades como la creación de libros. La coordinadora del taller, Éléonore Bisson afirma que "cualquier situación es buena para que los niños aprendan pequeñas cosas, desde pequeños juegos hasta improvisaciones sencillas en francés, mediante frases fáciles o situaciones en las que tienen que aprender a desenvolverse".

Para la participación no se requiere ningún nivel de idioma a los más pequeños, y hay niños con conocimientos distintos sobre francés. Sean cuales sean las capacidades de desenvolvimiento en este lenguaje, aprenden conforme van avanzando los días. En cada sesión hay diferentes momentos, incluso algunos en los que la coordinadora solo utiliza el francés para comunicarse con los niños asistentes.

Además del lenguaje, los más pequeños pueden aprender otras disciplinas como la geografía, aprovechando que el tema es el Tour de Francia, que también coincide con la realización de este recorrido durante estos días de julio, o datos culturales sobre los lugares franceses. En el taller no se hace el tour habitual, sino que se ha modificado para que los niños puedan visitar "virtualmente" los lugares más emblemáticos de Francia. "Hemos visitado Lyon, puesto que es la ciudad del autor de El Principito, Antoine de Saint-Exupéry, también iremos al Festival de Cannes y al Festival de Aviñón, donde representaremos una obra de Molière. Terminaremos en Versalles", relata Éléonore Bisson en cuanto a la idea de que los niños conozcan lugares del país vecino que destacan culturalmente.

En referencia a la visita a los lugares como un viaje virtual, "no se trata de algo digital o tecnológico, sino de viajar a través de elementos como la literatura, la cocina, algunos textos", según Bisson.

El teatro "permite a los niños expresarse y es usado en muchas escuelas y universidades para aprender un idioma. Es importante que lo aprendan con ganas. Muchas veces a los niños no les gustan sus clases de un lenguaje porque la manera de enseñarlo normalmente es poco lúdica", afirma Éléonore Bisson. Este tipo de actividades, además de ser divertidas para los más pequeños, les ayudan para su propio futuro y les aportan creatividad e imaginación.

Además del teatro, los niños también escriben todos los días sobre algo relacionado con lo aprendido en la jornada. Por ejemplo un test sobre los animales de El Principito con preguntas sencillas que también les enseñan los valores que transmite la obra de Antoine de Saint-Exupéry.

Igualmente, se trabajan valores como el esfuerzo y la responsabilidad. "Es importante que ellos también aporten, que descubran sus capacidades y que transmitan lo que saben. Primero hacemos un encuentro en el que contamos cómo nos sentimos, o un ejercicio con la mirada; después hacemos un calentamiento teatral e incorporamos algo lingüístico y un juego hecho por el niño responsable; luego el ayudante descubre qué van a hacer; lo siguiente son improvisaciones teatrales, y para finalizar hacemos la retroacción, cuando los niños se juntan y explican cómo se han sentido, si les ha gustado o no".