Lograr que retornen los castellanoleoneses que por cualquier circunstancia tuvieron que abandonar la comunidad constituye uno de los retos de las autoridades regionales para la recuperación demográfica. Los datos que maneja el Ministerio de Empleo y Seguridad Social y que han sido recogidos por Ical reflejan que en el último quinquenio, el número de retornados a la comunidad en base a las bajas consulares de residentes en el extranjero, creció más de un 41% por lo que refiere a la provincia de Zamora. A nivel regional la variación entre los datos más actuales y los de 2012 es de casi un 70%, y se multiplicó por dos en España. El contexto económico, más favorable, favorece esta tendencia.

En concreto, si en 2012 retornaron a la comunidad 980 personas, el año pasado esa cifra se elevó a 1.665; mientras que en el conjunto nacional pasaron de 27.675 a 56.145. La gran mayoría de los que volvieron llegaron desde América, 918; mientras que 551 retornaron desde otros países de Europa; 120 de Asia; 51 de África, y 25 de Oceanía. León concentró el mayor número de retornados en 2016, con 396; seguida por Valladolid, con 321; Burgos, con 259; Salamanca, con 220; y Zamora, con 105. Además, volvieron 98 a Ávila; 92 a Palencia; 52 a Soria; y 12 a Segovia.

El profesor titular de Geografía Humana de la Universidad de Valladolid, José María Delgado Urrecho, aclaró a Ical que en la actualidad "domina el retorno de personas activas, entre los cuales se encuentran familias con hijos menores". En este sentido, afirmó que "la mayoría son emigrantes que llevaban una o dos décadas viviendo en el extranjero, aunque también -en menor proporción- hay personas aisladas desplazadas temporalmente por razones profesionales".

Asimismo, Delgado Urrecho afirmó que "está aumentando el número de activos jóvenes -menores de 35 años- que vuelven tras una experiencia laboral fracasada o porque han adquirido una experiencia que les permite trabajar o buscar un trabajo en mejores condiciones en España". Este último grupo integra tanto a trabajadores jóvenes que perdieron su empleo en el país de acogida como a eventuales que desde el inicio de su estancia tenían claro que el desplazamiento iba a ser temporal.

Delgado contrastó esta situación con lo que ocurría en décadas precedentes -años ochenta y noventa del siglo XX-, cuando "regresaban antiguos emigrantes desplazados desde los años cincuenta hasta mediados de los setenta. Ahora esa proporción ha descendido notablemente y los jubilados y prejubilados apenas sobrepasan una cuarta parte del total".

En las encuestas que realiza la Universidad de Valladolid se constata que algo más de la mitad de los retornados indica que su elección del país de acogida se debió, a partes iguales, a la facilidad para obtener allí empleo o a tener familiares o amigos que ya residían en ese país. El nivel de conocimiento del idioma tiene una importancia secundaria (en torno a un 15% se decidieron por ese motivo). Dos terceras partes de los retornados habían conseguido trabajo en el extranjero gracias a la ayuda de otras personas y, en mucha menor medida, de organizaciones públicas.