La carta remitida al Juzgado de lo Penal de Zamora para que se le permitiera terminar una reforma resultó ser una más de sus mentiras para tratar de zafarse de la cárcel. El falso constructor únicamente consiguió ganar un poco de tiempo. La sentencia condenatoria, a un año y nueve meses, por estafar a una zamorana le tendría que haber conducido directamente a prisión en 2016. Llegaba tras la primera que le impuso un Juzgado de Valladolid por el mismo delito y también a casi dos años de cárcel.

El supuesto empresario, de iniciales O.P.B., detenido hace apenas una semana en Salamanca por la Policía Nacional, que buzoneaba "ofertas de verano" para pintar pisos y cambiar ventanas por solo 2.200 euros, una ganga a la que resultaba difícil resistirse. Especialmente si la economía del cliente era precaria, como le ocurrió a su víctima zamorana, una mujer que había enviudado recientemente y solo disponía de los ingresos de su trabajo a media jornada limpiando.

La vecina de la capital perdió 2.880 euros, entregados en dos plazos, para pagar los trabajos y los permisos necesarios para la obra de la renovación de las ventanas, según relata en la denuncia presentada ante la Fiscalía Provincial, explica su abogado, Raúl Alonso Domínguez. El segundo de esos plazos se lo reclama con urgencia porque "la carpintería metálica cerraba por vacaciones", para lo que exigió a la dueña de la vivienda a reformar 1.430 euros "para que se dieran prisa" y la instalaran las ventanas en días, explica .

Si el primer engaño fue la ventajosa oferta que la zamorana se encontró en su buzón en el mes de junio de 2014, los siguiente se fueron sucediendo constantemente, desde el primer contacto. Cuando O.P.B. acudió al domicilio de su nueva clienta para comprobar in situ el estado de paredes y ventanas el 28 de junio de 2014. El precio ofertado se disparaba en 680 euros. "Las ventanas y la pintura serían de mejor calidad" que las incluidas en su ya ventajoso precio de 2.200 euros por el total de la reforma, una explicación que convenció a la mujer. La provisión de fondos de 1.430 euros, reflejada en un documento firmado por ambas partes, sí que fue rápida. El estafador profesional no perdía el tiempo a la hora de cobrar para desaparecer cuanto antes posible.

A base de insistir, la denunciante zamorana consiguió hablar por teléfono con el procesado, que encontró excusas casi perfectas para justificar el retraso en el inicio de las obras, incluso llegó a responsabilizar al profesional de la carpintería metálica del incumplimiento de los plazos. Una mentira más en su historial, puesto que la mujer pudo comprobar que el fabricante llevaba un mes con las ventanas hechas y esperando a que el reformador acudiera a pagarlas y recogerlas. Para entonces, el empresario le había dicho, en una de sus conversaciones telefónicas, que las ventanas costaban en realidad 3.600 euros. Ante lo que parecía un nuevo intento de obtener más dinero, la denunciante le replicó que el precio acordado habían sido los 2.880 euros "con montaje, permisos y todo lo demás, que está en el presupuesto que él me dio".

El imputado, sobre el que pesan otras cinco denuncias por delitos cometidos en su mayoría en Salamanca, de donde es natural, y en Valladolid, le prometió "pasar a recoger las ventanas en una semana para colocarlas". A lo largo de la conversación le llega a indicar que "si hubiera algún problema, me devolvería el dinero y punto".

La zamorana se convirtió en una víctima más del supuesto empresario, cuya detención solo fue posible tras montar un dispositivo policial cuando iba a contactar con un nuevo cliente, puesto que ni el domicilio que facilitaba en los anuncios ni el de su vivienda particular eran los reales, indicó la Policía Nacional cuando le detuvo. El propietario de "Reformas y Multiservicios Pérez Bellido" nunca llegó a registrar la empresa, de modo que no aparece en el Registro Mercantil, ni figura como apoderado o administrador de ninguna otra firma. Su de correo electrónico, como si de una broma pesada se tratase, era montajesrapidos@gamil.com.