Alrededor de 120 descendientes del político y periodista zamorano Santiago Alba Bonifaz procedentes de todas las partes del mundo recalaron ayer en la capital para rendir homenaje a su antepasado. Un acto que arrancó con una conferencia del estudioso Miguel Ángel Mateos y concluyó con un acto simbólico en la plaza de la Constitución con la colocación de una corona de laurel en el lugar donde se encuentra la placa del político, junto a la casa en la que nació, aneja a la iglesia de Santiago el Burgo. Fue en los años 80 cuando, de la mano del historiador Miguel Ángel Mateos, arribó en Zamora Esperanza Aguirre para descubrir la placa en honor a Alba Bonifaz junto a la casa natal del político.

Una lucha por su tierra

Su preocupación y lucha por Zamora no han pasado desapercibidas en el homenaje celebrado ayer: "Se preocupó mucho por el campo castellano, del ferrocarril entre Zamora y Orense y de todas las inquietudes de sus compatriotas", explica Felipe Martínez, director del club de opinión Santiago Alba, de Valladolid, y uno de los nietos del histórico abogado.

El propio Mateos ensalza la figura "insigne" del que fuera ministro de varias carteras, "el político más importante que ha tenido Zamora a lo largo de su historia y, desde luego, uno de los políticos claves del siglo XX reconocido por todo el mundo". Así lo manifestó durante la conferencia impartida en el antiguo Palacio de la Diputación, un lugar "donde reside la memoria de Santiago Alba porque fue allí muchas veces", rememora Mateos. El acto fue organizado por Josué Crespo, familia muy vinculada a los Alba.