Lenguas, escritos populares, tradiciones, gastronomía, filandón, identidad o supersticiones. Las pequeñas cosas que hacen comunidad serán por fin recogidas en un documento para que nada de lo de aquí se pierda. La Junta de Castilla y León, en colaboración con Feder, llevará a cabo un inventario del patrimonio cultural inmaterial de la provincia de Zamora al objeto de documentar todo aquello que se toma natural en los pueblos del territorio y que pasa de generación en generación, pero nunca con constancia escrita. Un proyecto para el que se destinarán 20.000 euros y que busca precisamente preservar esas pequeñas cosas recreadas constantemente por las comunidades.

El inventario del patrimonio cultural inmaterial de la provincia de Zamora -idea que ya se ha puesto en marcha en otros territorios de la región- tendrá que incluir los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades y los individuos reconozcan como parte integrante en su patrimonio o cultural. Se trata, por lo tanto, de recoger las actividades productivas, las creencias, rituales y manifestaciones festivas, las formas de comunicación y expresión, los juegos y deportes, las formas de sociabilidad y la gastronomía, apartado importante dentro de esta iniciativa.

Las condiciones establecidas en este inventario incluyen como elementos del patrimonio cultural inmaterial aquellos procesos, conocimientos, manifestaciones o expresiones que formen parte de la memoria colectiva viva. Para ello, deberán estar interiorizados, compartidos y preservados por los colectivos sociales como parte de su identidad y poseer una cualidad dinámica. En cuanto a las prácticas culturales, representaciones o cualquier manifestación cultural que no se haya mantenido y de la que exista información histórica, se incorporarán posteriormente en registros distintos a las que continúan activas.

Este particular catálogo del patrimonio cultural inmaterial servirá para dejar constancia, por fin, de centenares de tradiciones que siguen vivas en la provincia de Zamora y que tan solo el empeño de unos pocos está consiguiendo que no mueran. Casos como el de las mascaradas de invierno, que ahora pujan al alza pero que han estado al borde del abismo. Un documento necesario para preservar la cultura de los pueblos de la provincia de Zamora.