La Policía Nacional ha desarticulado una organización de proxenetas que operaba en un club en Quiruelas de Vidriales. Tres personas han sido detenidas por ser presuntamente responsables de la captación de mujeres paraguayas con falsas ofertas de empleo y de su posterior traslado a España, donde las obligaban a ejercer la prostitución. Las víctimas pactaban unas condiciones laborales con un supuesto empresario español que asumía los gastos de su viaje, unos 1.700 euros que podrían devolver poco a poco cuando empezaran a trabajar. Una vez en el país, las mujeres eran trasladadas hasta un club de Quiruelas de Vidriales, donde las obligaban a ejercer la prostitución hasta pagar la deuda adquirida, que en ese momento ascendía ya a 4.000 euros.

La investigación del hecho delictivo arrancó a principios de año, cuando una mujer de nacionalidad paraguaya denunció en Alicante ser víctima de una organización de explotación sexual. Según su declaración, la víctima fue captada en su país de origen por una abogada que la ofreció un trabajo en España como camarera de hotel. Antes de aceptar la oferta, la víctima se entrevistó con un supuesto empresario de nacionalidad española, que le detalló las condiciones del trabajo. Además, le dijo que la empresa correría con los gastos de su viaje, que calculaba en torno a los 1.700 euros, dinero que podría devolver poco a poco de su propio sueldo una vez empezase a trabajar.

Aceptada la oferta, la víctima fue citada en una agencia de viajes de Ciudad del Este (Paraguay), donde conoció a otras tres mujeres que también iban a trabajar para el mismo empresario y recibieron instrucciones precisas sobre cómo debían actuar en los controles de fronteras, debiendo alegar motivos turísticos para evitar problemas con las autoridades. También, allí las entregaron los billetes de avión, dinero y documentación que justificase su viaje como turistas a España. Tras viajar en avión con varias escalas intermedias llegaron a España, donde las esperaba la pareja del empresario que las había contratado y otras dos personas más que las trasladaron en vehículo hasta un club situado en la localidad de Quiruelas de Vidriales.

Las acompañaron hasta un club de alterne regentado por el supuesto empresario y su pareja, les retiraron la documentación y el dinero, y les informaron de que no iban a trabajar como camareras, sino ejerciendo la prostitución hasta saldar por completo la deuda contraída. Para obligarlas a seguir sus instrucciones, los tratantes las amenazaron con tomar represalias contra sus familias en Paraguay.

Tras varios meses de explotación, en un descuido de sus explotadores, varias víctimas lograron escapar y una de ellas denunció los hechos ante la Policía. Los agentes, tras asistir a la víctima y comprobar todos los extremos denunciados por ella, pusieron en marcha una investigación que los llevó hasta el club y sus responsables. El principal implicado, ante la huida de varias de las víctimas, había viajado de nuevo a Paraguay con el fin de captar a otras mujeres en situación de necesidad a las que ofrecer falsos empleos en España.

La colaboración entre las policías española y paraguaya permitió identificar a los responsables de la captación de víctimas.