Las dulzainas y tamboriles volvieron a escucharse en el casco antiguo ayer víspera del Corpus. Pese al sofocante calor que azotó la ciudad decenas de zamoranos y devotos, entre ellos los mayordomos de la cofradía, quisieron acompañar desde San Antolín y a la Catedral a la Virgen de la Concha, con una bella ornamentación floral que resaltaba el vestido de seda que estrenó en su 950 aniversario y la toca bordada a finales del XIX mientras que el niño iba vestido con un traje donado hace un par de años y llevaba la corona antigua. Desde la plaza del templo románico a la imagen la escoltaron las gigantillas para en la Plaza Mayor sumarse los gigantes del Turco, el Abuelo, la Negra y el Ramón que avanzaban al paso de flauta y tamboril así como La Tarasca.

Tras los tradicionales bailes en honor de la patrona de la ciudad, la comitiva, que abrían un grupo de gaiteros de Tradición y Música Popular, prosiguió hasta el convento del Tránsito donde se saludó a la Virgen y a las monjas que la custodian. En el recorrido hacia la seo la parada en la iglesia de san Ildefonso, donde se encuentran los restos de san Ildefonso y san Atilano, este año no pudo realizarse al coincidir con el capítulo de los caballeros Cubicularios.

En el atrio de la Catedral a la patrona de la Junta pro Semana Santa y del Ayuntamiento la recibieron el Cabildo y representantes de la Cofradía del Corpus. La venia eclesial y la incensación de la imagen hicieron que cortejo accediera al templo donde tuvo lugar el rezo de las primeras vísperas. A continuación, la imagen de la patrona de la ciudad deshizo sus pasos hasta la Plaza Mayor donde se entonó la Salve y la Virgen accedió a San Vicente, donde habitualmente está al culto, y donde fue velada hasta la medianoche.

La Iglesia celebra durante hoy la solemnidad del Corpus Christi. Además del Día de la Caridad, con una colecta en favor de Cáritas Diocesana, en la Catedral tendrá lugar la misa presidida por el obispo, Gregorio Martínez, a la que seguirá la procesión con el Santísimo con la participación de los niños y niñas que han recibido la Primera Comunión hasta la Plaza Mayor, donde la Virgen de la Concha presidirá el altar que este año estará situado a los pies de la torre de San Juan.