Se presenta a revalidar su cargo como secretario del PSOE en Castilla y León con ilusión y convencido de que es posible arrebatar el Gobierno autonómico al PP. El desgaste por un proceso de primarias que le colocó en frente del resto de barones del partido no parece haber hecho mella en este joven político, decidido a pisar la calle y fortalecer al PSOE de la militancia.

-La sanción que pagó hace nueve años por conducir con una tasa de alcohol del 0,43 que por su candidatura, ¿le habría costado el puesto hoy?

-Las comparaciones no las tengo que hacer yo, las hacen la ley y los jueces: no es lo mismo una multa de tráfico que un delito, ni en este ni en otros ámbitos. No estoy orgulloso de ello ni mucho menos.

-Decía que hace dos años se presentó a la Secretaría del PSOE de Castilla y León para reconducir un partido roto, en una de las situaciones más difíciles que recordaba. ¿No es muy optimista al pensar que la elección de Sánchez lo soluciona?

-También dije que no imaginé que se pondría mucho peor, que atravesaríamos la peor etapa del PSOE en democracia. Estamos camino de resolver esos problemas y dando un ejemplo de democracia, de recuperación de la unidad, de fortaleza, de renovación, de haber entendido los nuevos tiempos que corren en política y en España. Suceda lo que suceda en el Congreso autonómico, haya los candidatos que haya, la tranquilidad es otra.

-Es imposible que en un mes se cierren heridas tan profundas, ¿no será calma aparente?

-No existen milagros. Estas semanas nos están dando la razón a quienes decíamos que no sería tan complejo, los militantes son más responsables de lo que algunos creían y muchos dirigentes han aprendido que las cosas han cambiado. Que Guillermo Fernández Vara será el presidente del Consejo Federal, que Patxi López estará en la Ejecutiva son buenos mensajes: la unidad está en recuperación; y el PSOE, en pie, ha vuelto.

-¿No es meter al zorro en el gallinero?

-No. El PSOE ha demostrado que no se debe a nadie, que es el partido con los procesos más democráticos de España, los militantes han optado libremente y todos han asumido y respetado el resultado. Para recuperar la unidad y para hacer un PSOE fuerte necesitamos a todos. Los militantes han decidido que seamos de izquierdas, no sobran manos para trabajar, no podemos desperdiciar el talento de muchos compañeros.

-Quienes les acusaban de podemizarse, ¿han dejado de pensar así por obra y gracia...?

-Había una diferencia ideológica y los militantes han decidido, votado y ya no hay discusión. Le honra a quien pierde, a quien defiende posiciones políticas contrarias, aceptar la voluntad de la mayoría. La riqueza de este partido es la pluralidad, que haya voces diferentes, pero una lealtad inquebrantable al secretario general. Esa lección creo que sí la han aprendido quienes tenían que hacerlo.

-¿Tudanca ha pasado de barón aborrecido por el resto y por los secretarios provinciales de Castilla y León a quien hay que acercarse para buscar cobijo?

-Mantuve una posición de neutralidad, las primarias tenían que ser de verdad, había que acabar con la influencia de los barones y no he sentido esos ataques de otros compañeros. Siempre me he sentido muy arropado, no me sentía solo y el tiempo ha demostrado que no lo estaba, éramos mayoría abrumadora entre la militancia. La credibilidad era el principal valor perdido, teníamos que recuperarla el "no" al PP. Somos la izquierda, ese es nuestro sustantivo, dialogante y con vocación de Gobierno.

-¿Las modificaciones en el partido deben continuar para afianzar el peso de la militancia y que no decida el comité federal si quita o pone secretario?

-Los cambios en participación de la militancia, en tomar decisiones de forma más participativa, de hacer un partido mucho más transparente, más conectado con el tejido social, no han terminado. Este Congreso es el principio para la gran transformación de funcionamiento y democrática que tiene por delante el PSOE. Hemos recuperado la ilusión y la confianza, nunca había visto la pasión que he visto dentro y fuera, en simpatizantes, durante este proceso.

-¿Cómo se lo va a hacer entender a los "susanistas"?

-No hay "susanistas".

-No desaparecen de la noche a la mañana...

-Insisto, todo el mundo ha aceptado el resultado democrático.

-¿No temen que estén esperando a la vuelta de la esquina?

-En el Congreso federal, habrá delegados que votaron a los tres candidatos, entre todos decidiremos el nuevo modelo del PSOE. Punto, al día siguiente, lo aceptaremos, con toda lealtad, es un valor a recuperar en el partido.

-Las sedes del PSOE están vacías, ¿no llega tarde ese intento de conectar con la militancia?

-Nuestros problemas derivan de que lo hicimos tarde, claro, lo decía el otro día, probablemente una parte de la dirección del PSOE escuchó tarde lo que pasaba fuera, lo que nos decían en la calle.

-Tanto mirarse al ombligo...

-Son muchas causas, pero sí, dejamos de escuchar, por eso creo tanto en el valor de la política en la calle, en hacer kilómetros; en estar en los pueblos y reunirme con gente que te cuenta cara a cara; en hacer vida normal, que la gente de tu barrio, del colegio de tus hijos, te cuente. Desde un despacho, pierdes la conexión con la realidad y, en parte, al PSOE le ocurrió eso. Y los militantes han sido los que han tenido que decir "por aquí".

-¿Tudanca, por fin, va a ser el barón en la región, le dejarán?

-Si los compañeros me dan la confianza, seguiré trabajando para aprovechar la oportunidad histórica de gobernar en Castilla y León

-Suena muy ingenuo, con el peso aplastante del PP.

-Conseguimos que no tuviera mayoría absoluta en esta legislatura. El PP tiene un proyecto agotado, Herrera presumía de que su mayor logro era dejar a Castilla y León fuera del mapa de la corrupción y hoy tiene imputado a su vicepresidente, su mano derecha, una condena en Zamora por la trama solar y numerosos casos de corrupción.

-¿No le da un poco de vértigo asumir la Secretaría, con los aparatos orgánicos de las provincias contrarios al "sanchismo"?

-Todo lo contrario, en septiembre tendremos un PSOE en Castilla y León alineado, unido y pensando en ganar las elecciones.

-¿No habrá una espita en los congresos provinciales?

-Habrá democracia y, si soy secretario, seré imparcial para que los militantes decidan libremente.