Una gran gota de sangre colgó durante la jornada de ayer del balcón principal del Ayuntamiento de Zamora, en apoyo a la conmemoración del Día Mundial del Donante de Sangre y con la que la Hermandad de Donantes de Sangre de Zamora quiere agradecer a los zamoranos su generosidad y recuerda la necesidad de seguir colaborando, para hacer frente a las necesidades de plasma, especialmente en las situaciones de emergencias. Es precisamente el aspecto en el se centra la campaña de este año, con el mensaje de apoyo: "Dona sangre. Dona ahora. Dona a menudo".

Otra forma de contribuir a la concienciación sobre las donaciones de sangre es la iluminación de determinados monumentos, y por ello anoche en Zamora la fachada del palacio de los Momos se iluminó de color rojo, en consonancia con otras ciudades que secundan la campaña.

La iluminación de otro monumento, en este caso la iglesia de Santiago del Burgo, fue otra de las acciones solidarias acometidas por el Consistorio, en este caso en apoyo al Día Nacional de las Lenguas de Signos Españolas que trata de contribuir a compartir la lengua de signos con la ciudadanía, promover su difusión, y normalizar su uso.

El Ayuntamiento de Zamora apoyó esta iniciativa y colabora con la Asociación de Personas Sordas de Zamora, para llevar a cabo a lo largo de la jornada diversas acciones en la ciudad, como la apertura de la caseta de La Marina ayer tarde, de 16.00 a 20.00 horas, donde los miembros de la Asociación estuvieron "regalando signos". Por la noche se iluminó de color turquesa de la iglesia de Santiago el Burgo, en la calle Santa Clara. Los objetivos que se plantea con estos actos la Asociación de Personas Sordas son los de poner en valor la lengua de signos y los profesionales que la imparten, e instar a las administraciones públicas a que promuevan la lengua de signos, reconocida y regulada a nivel nacional mediante la Ley 27/2007 de 23 de octubre.

La celebración del Día Nacional de las Lenguas de Signos el 14 de junio se instauró en conmemoración del día en que se creó la Confederación Estatal de Personas Sordas, en el año 1936. El turquesa era el color con el que los nazis identificaban a las personas sordas.