Tan solo en una ocasión anterior se ha producido un Pleno como el que se vivirá el próximo jueves en el Ayuntamiento de Zamora. Fue bajo el mandato de Antonio Vázquez y en aquella ocasión se puso a examen la gestión del que durante tres legislaturas fuera alcalde de la capital. Ahora, a instancias de la oposición, la lupa se centrará en la administración de Francisco Guarido y su equipo al frente del Consistorio. Una cita en la que los concejales tendrán que rendir cuentas del trabajo realizado durante los dos primeros años de mandato y la oposición se encargará de recordarle aquello que no hicieron o hicieron mal. Una sesión, en definitiva, en la que aparecerán las luces y las sobras de la primera mitad del gobierno de IU-PSOE.

El formato elegido para este histórico debate es el de una breve exposición de cada uno de los diez concejales delegados del Ayuntamiento de Zamora. Un turno de palabra en el que deberán sacar a relucir cuáles han sido sus aciertos en la gestión de estos dos años. Cabe prever, empezando por la Concejalía de Seguridad Ciudadana, que Antidio Fagúndez haga un repaso por la nueva señalización urbana en pos de la seguridad unida al plan de asfaltado de calles, que se repetirá en breves fechas. Además, a lo largo de estos dos años, ha reordenado la circulación en el Casco Histórico para favorecer al peatón.

En el debe del área de Fagúndez, a buen recaudo le recordará la oposición el fiasco de las obras del Banco de España, cuyo futuro es más oscuro que nunca tras constatar que la empresa adjudicataria "ni está, ni se le espera". Igualmente, nada se sabe por el momento, más allá de los planos, del nuevo parque de bomberos, cuya construcción pasaba por ser uno de los objetivos fundamentales de este equipo de Gobierno. A ello habrá que unir el conflicto, ya solucionado, con la Policía Municipal.

Comercio, Turismo y Barrios son las áreas que maneja Christoph Strieder. A lo largo de este tiempo, ha elaborado nuevo material turístico, ha lanzado campañas de promoción del mercado local y ha reabierto las aceñas de Olivares con los ingenios en su funcionamiento original. Además, ha conseguido fondos para el proyecto Flumen Durius de rehabilitación de patrimonio vinculado al Duero.

Su gestión, no obstante, ha sido de las más cuestionadas llegados a este ecuador de mandato. El conflicto del mercadillo ha diezmado su comunicación con los barrios, en una relación que ya de por sí estaba desgastada desde hace años. Además, como encargado de fondos europeos, acumula dos fiascos consecutivos en las convocatorias para el Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado, de donde Zamora espera sacar al menos ocho millones de euros. A esto habría que sumar la situación del Mercado de Abastos, cuya rehabilitación sigue en llamada en espera.

Los contratos

En materia de contratos, área que maneja el teniente de alcalde Miguel Ángel Viñas, los claroscuros son evidentes. La gestión de la ORA finalmente se resolverá a finales de este verano, aunque después de ser declarado "nulo de pleno derecho" el primer pliego por resolución del Tribunal de Recursos Contractuales. Los contratos de las piscinas se resolvieron de manera inmediata, pero no así el de basuras, uno de los grandes contratos que maneja este Ayuntamiento. Y quedan pendientes aparcamientos subterráneos y grúa, que se resolverán una vez entre en vigor el de zona azul.

Deportes, por último, es una de las concejalías más controvertidas a juzgar por la cantidad de mociones llevadas a Pleno. Manuel Alesander Alonso ha conseguido poner orden en los despachos de los clubes de la Casa del Deporte y sentar unas bases reguladoras mediante ordenanza para las subvenciones a los clubes y a los deportistas de élite. La oposición, sin embargo, afea al concejal su "prepotencia" en el diálogo con las diferentes entidades de la capital.