"Era un mandao", no tenía ni idea cuál era la procedencia de los más de 40.000 kilos de hierro que la Fiscalía le acusa de haberse llevado de las obras del AVE en Otero de Bodas entre junio y julio de 2012, tramo al que acudió varias veces para cargar la ferralla en un camión y llevarla a una chatarrería de Benavente para venderla, actuación por la que el Ministerio Público pide al Juzgado de lo Penal que le condena a 16 meses de prisión. El material sustraído está valorado en más de 6.000 euros.

El acusado, de iniciales L.A.V.F., que llegó a recibir dinero del dueño de la chatarrería y un albarán a su nombre, además de 1.100 euros "por ayudar con el hierro" a quien afirma que le dijo "mira a ver si te interesa" trabajar "y te ganas algo", otro hombre de iniciales A.T.L., en busca y captura para ser juzgado por estos hechos.

En el juicio celebrado ayer, L.A.V.F. insistió en que "yo hacía lo que él me decía", como firmar la factura de venta del hierro y en que en ningún momento sospechó que estuviera cometiendo los delitos de hurto que se le imputan, puesto que cuando iba a recoger la ferralla a las obras "había más gente", lo que explica que no se extrañara de nada, concretó a preguntas de la Fiscalía. Confió en el otro imputado y le creyó cuando le dijo que el material "se lo había comprado a un tal José".

El acusado manifestó que no sospechó ni cuando le entregaron un papel en el que se leía Acciona, empresa que ejecutaba las obras del AVE, cuya ferralla estaba también marcada con el nombre de la sociedad, además de disponer de la numeración que identifica la fabricación de la pieza. "Yo pensé que estaba todo bien, ni meré el papel", prosiguió el procesado, que iba a primera hora de la mañana a cargar la mercancía. pero "cuando no había nadie trabajando", confesó el conductor del camión que utilizaban para transportar el material robado.

El camión con el que acudió hasta las obras de la infraestructura del Tren de Alta Velocidad para cargar la mercancía e ir a la venderla después tampoco lo contrató él, sino A.T.L.., según su testimonio, que no pudo corroborar el propietario de la chatarrería, quien manifestó en la vista oral no conocer a la persona que ayer se sentaba en el banquillo de los acusados, pero sí que el otro imputado. Era este el que acudía a su negocio, así como su mujer y sus hijas para cobrar albaranes por ese material.

El chatarrero confirmó que fue con A.T.L., al que conoce por ser del mismo pueblo, con el que cerró el negocio, "la compra" del material "era con él y cuando iba" a su negocio el otro acusado, "entendía que era porque era amigo o empleado" de su paisano.

El empresario emitió facturas también a nombre de la esposa y de las hijas de quien parece que fue el organizador de los sucesivos hurtos cometidos el 13, el 27 y el 29 de junio. El 4 de julio, cuando L.A.V.F. acudió a recoger más hierro con el camión y un conductor, el encargado de la obra, que se encontraba en el lugar, les instó a descargar las piezas que ya habían cogido.

La Guardia Civil llegó en ese momento, en el que el acusado admitió haberse llevado material el 27 y 29 de junio, por lo que su abogado solicitó que, si no se le absuelve y la juez decide condenarle, se le apliquen las atenuantes de confesión si la juez decide condenarle y de dilaciones indebidas, puesto que han transcurrido casi cinco años desde el suceso.