Los continuos altercados, peleas y conflictos entre usuarios registrados en las piscinas públicas de la provincia de Zamora han agotado la paciencia de los socorristas, que a menudo tienen que lidiar para devolver la tranquilidad a los implicados, desatendiendo de esta manera sus labores de vigilancia de los recintos acuáticos. Por esta razón, más de 200 profesionales de toda Castilla y León se han unido para denunciar la situación y ahora el Procurador del Común ha entrado de lleno en la problemática. A los ayuntamientos de Zamora, Benavente y Toro se les ha instado a que elaboren un reglamento de organización y funcionamiento de las instalaciones deportivas municipales en el que se recoja un catálogo de conductas infractoras y de sanciones aplicables.

El hastío de los socorristas por la sensación de inseguridad en las piscinas de verano podría tener una respuesta eficaz si los grandes ayuntamientos de la provincia hacen caso a las recomendaciones del Procurador del Común. A juicio del organismo, sería de necesidad elaborar una reglamentación para que cada recinto cuente con un protocolo de intervención ante los altercados que puedan darse y ajustar igualmente las competencias profesionales exigibles a los trabajadores. También se ha reclamado que se facilite a los empleados algún mecanismo para dejar constancia de incidentes, de manera que puedan detectarse los problemas más frecuentes y establecerse mecanismos efectivos para la resolución de conflictos.

Creciente inseguridad

Lo que reclaman los socorristas es una mayor presencia policial en las piscinas ante la creciente inseguridad registrada, especialmente durante las franjas horarias en las que se junta más gente en los recintos y aumenta la conflictividad. Por eso, la petición busca que la Policía Municipal incluya a los recintos deportivos en sus rondas diarias de visitas de control.