Ningún ciudadano de Zamora, salvo que viva en un búnker, es ajeno a la plaga de mosquitos que asola la capital desde hace varios días. Nubes de bichos que envuelven a las personas en zonas de abundante vegetación, pero también en lugares tan inesperados como la propia Santa Clara, donde los árboles brillan por su ausencia. El paso de los pulgones por la ciudad, sin embargo, será más efímero de lo que cuesta quitárselos de encima al llegar a casa. Probablemente, si el tiempo lo permite, la semana próxima hayan desaparecido de la faz zamorana y los paseos vespertinos volverán a la normalidad, sin necesidad ninguna de realizar aspavientos ni escupir con los ojos cerrados.

La Concejalía de Urbanismo y Obras del Ayuntamiento de Zamora ha pedido paciencia a los ciudadanos hasta que los pulgones desaparezcan por sí solos. "Es primavera y es un asunto absolutamente normal. Hay más pulgones porque cada año las condiciones son diferentes. En este caso, venimos de meses muy secos y de repente ha llovido y ha hecho mucho calor; eso hace que los huevos eclosionen de repente y haya más mosquitos de este tipo que habitualmente", explica Romualdo Fernández. "Pero ni se ha fumigado ni se va a fumigar, porque la semana que viene, si tenemos tiempo seco, desaparecerán de nuevo", apunta. "Además, los vencejos y las golondrinas también tienen derecho a comer, porque la biodiversidad de Zamora se mantiene con esto", concluye.