Partidario de Susana Díaz, la derrota de la presidenta andaluza en las primarias del PSOE ha hecho que el secretario provincial, Antonio Plaza, haya anunciado que se no optará a renovar en el cargo en el congreso provincial que se convoque tras el verano, cerrando así una etapa de seis años en la que su obsesión ha sido, "unir al partido". Se confiesa "cansado, tras un proceso agotador", pero no "un cadáver político. Porque a veces los cadáveres políticos están muy vivos, como demostró Pedro Sánchez". Seguirá como portavoz socialista en la Diputación hasta el fin del mandato local.

- Llegó a encabezar el PSOE casi por casualidad.

-Hace seis años que estamos en la gestora. Yo era como se dice comúnmente militante de base cuando dimite Carlos Hernández y me llamaron de la ejecutiva autonómica que dirigía Óscar López para presidir la gestora.

- ¿Como afrontó esa etapa?

-Veníamos de un proceso muy traumático entonces, acabábamos de tener las elecciones municipales y autonómicas de 2011 en que había una crisis interna muy profunda y se celebraron en un clima de fuerte enfrentamiento interno, por las discrepancias que acabaron en la dimisión de Carlos Hernández. A su vez Carlos Hernández había salido de un congreso ordinario en el que cesó Manolo Guerra.

- ¿Cómo afrontó el trabajo al frente del PSOE provincial?

-La prioridad en esa etapa era acabar con las tensiones internas. Nos encontramos un partido en ese momento muy descohesionado políticamente y organizativamente hablando. La primera labor que tuvimos fue la de poner orden interno desde el punto de vista administrativo y luego tratar de pacificar políticamente el partido, que ha sido el único objetivo que tuvo la gestora y después la ejecutiva provincial que yo presidía. Tratar de pacificar en aquellas tensiones tan fuertes como las que en aquel momento se estaba desenvolviendo la vida interna del partido.

- ¿Cuál era la razón de fondo de las disidencias?.

-No recuerdo. En ese momento yo estaba apartado de la vida orgánica del partido, era un militante de base y creo recordar que fue algún tipo de discrepancia interna respecto al enfoque de las listas o la representación interna.

- Y luego vive otra etapa difícil, cuando derivado de estas tensiones se va prácticamente todo el grupo de diputados provinciales.

-Como ejecutiva nos planteamos pacificar el partido e intentar tender la mano a todo el mundo. Pero (y es una visión muy personal) las heridas que se habían generado en torno a 2011 eran tran fuertes que no nos dio tiempo a cerrarlas del todo, porque a pesar de todos los esfuerzos que hicimos había una tensión latente. Nuestra visión es que los alcaldes y concejales son nuestro mejor activo y lo que hicimos fue intentar que todos los que eran alcaldes y concejales se volvieran a presentar en sus respectivas localidades. No hubo por parte de la ejecutiva ninguna actuación excluyente, lo que pasa es que yo creo que había en ese momento unos compañeros que habían decidido colocarse al margen del Partido Socialista, tenían la decisión tomada y no cambiaron de opinión. Otros sí, no siguieron a los compañeros que querían salir del partido y mantuvieron sus candidaturas dentro de las siglas del PSOE, lo que les agradezco muchísimo. Nadie puede decir que mi ejecutiva le haya señalado la puerta a nadie para se fuera.

- ¿Le dolió que se fueran cargos, alcaldes y concejales, de toda la vida?

-Muchísimo. Es uno de los malos tragos que uno ha tenido que pasar en esta ejecutiva, por varios motivos. Primero, porque se iba gente muy valiosa para el Partido Socialista y que había representando al PSOE en muchos momentos y segundo porque representaba una cierta frustración por parte de la ejecutiva de no haber podido llegar a acomodar un discurso de integración con todos los compañeros.

- A pesar de todo, recuperan alcaldías importantes en 2015.

-En la cita de 2105 lo que pretendimos ante todo y fundamentalmente era generar un clima de paz interna que permitiera que todas nuestras candidaturas se presentaran ante la sociedad sin ese lastre de bronca interna. Eso lo logramos a pesar de todo y yo creo que contribuyó en gran medida a facilitar que los grandes candidatos y candidatas que hemos presentado en las elecciones municipales pudieran aparecer ante la sociedad sin ningún tipo de polémica interna que empañara su imagen. Y bueno, después de las elecciones municipales estamos haciendo un llamamiento constante desde el grupo de diputados para todos aquellos alcaldes y concejales que se han quedado huérfanos de grupo político en la Diputación, para ponernos a su disposición porque entendemos que esta provincia necesita que el partido socialista siga presentando las mejores candidaturas en todas las localidades y siga intentando ganar las elecciones municipales.

- ¿Cree que volverán al redil los díscolos?

-Son cuestiones a futuro de las que no podemos hablar: lo que si es cierto que quien dirija el Partido Socialista debe tener la mano tendida a los compañeros y compañeras que quieran presentarse por el PSOE en sus respectivas localidades.

- ¿Las crisis internas les han penalizado porque su propia gente ha preferido quedarse en casa?

-Es una visión global de malos resultados a nivel nacional y autonómico, no solo a nivel local. El electorado tiene una tendencia natural a castigar la desunión de los partidos, ese es un principio básico que conoce cualquier polítólogo. El electorado premia la unidad y castiga mucho la discrepancia interna, sobre todo cuando se hace pública y de malas formas, claro.

- ¿Por qué siguió al frente del partido tras la etapa de la gestora?

-Con la gestora intentamos tender la mano a todos los sectores del partidos y en el congreso salí elegido con el 92% de los apoyos y mi ejecutiva con el 98%. Celebramos un congreso en el que recuperamos un valor importante, la unidad, y con esa fuerza fue con la que preparamos las elecciones municipales y autonómicas, porque las generales las habíamos preparado desde la gestora. Y logramos ese mínimo objetivo de una paz interna y una situación de un partido unido y que trató de presentar ante la sociedad los mejore candidatos.

- Sigue la línea de sintonía, al menos entre los principales dirigentes del PSOE provincial, hasta que surge la crisis de Pedro Sánchez. Ahí se produce una ruptura entre usted y el resto del partido y le llegan a llamar incluso traidor.

-No voy a entrar en esas batallas, porque esa polémica ha terminado con la celebración de las primarias que ha ganado Pedro Sánchez de una forma clara, nítida y transparente. Sí es cierto que ha habido una divergencia de puntos de vista que, insisto, se ha resuelto con la elección del nuevo secretario general. Y a partir de ahí ya no cabe revisar las últimas incidencias que ha podido haber en el partido, sino mirar para adelante todos juntos para arropar y apoyar al nuevo secretario general y sea nuestro candidato a la presidencia del Gobierno. Este proceso de primarias ha tenido un hecho muy positivo, la gran movilización de la militancia, que hay que mantener para arrastrar hasta la presidencia del Gobierno a Pedro Sánchez.

- Y usted, "susanista", decide dar un paso al lado.

-Por coherencia. Los resultados han sido los que han sido y yo tengo que dar un paso al lado, estar como he estado cuando me llamaron para presidir la gestora, a disposición del partido en lo que se nos demande. Lo más coherente es dar un paso al lado para facilitar que se recomponga la unidad en el Partido Socialista en todos los estamentos, federal, autonómico y provincial. En todo caso el futuro inmediato del partido a nivel provincial pasa por el consenso, la unidad y el respeto de todos los compañeros y compañeras.

- Si a nivel nacional los resultados del PSOE han sido malos, en la provincia están gobernando o cogobernando en las principales ciudades. ¿Qué repercusión puede tener esa labor de gobierno en el futuro electoral del PSOE?

-En las últimas elecciones municipales confluyeron varios factores. Uno, que la dirección provincial estableció un marco de diálogo y paz interna para afrontar un proceso de este estilo. Segundo, hubo muy buenos candidatos municipales. Tercero, se hicieron muy buenas campañas electorales. Eso permitió recuperar alcaldías y un ascenso electoral importante del Partido Socialista en la provincia. Ahora la receta debe ser la misma, pero la tendrá que aplicar el siguiente equipo directivo: presentar el trabajo del Partido Socialista y una cohesión interna que facilite que se puedan designar los mejores candidatos para que se vuelvan a obtener los mismos resultados municipales. Nuestros alcaldes y concejales lo están haciendo muy bien y son el activo más importante que tiene el Partido Socialista en la provincia. Hay que respetarlos y mimarlos políticamente todo lo posible.

- Usted, portavoz del grupo de diputados provinciales y los alcaldes de Benavente y Toro fueron las cabezas visibles del "susanismo" en Zamora, pero han ganado los "sanchistas". ¿Es posible la cohabitación?

-No hay que mezclar cuestiones. Ha habido un debate interno interesante para elegir a nuestro secretario general, en este caso Pedro Sánchez, pero no se puede mezclar el tema orgánico con el institucional, en absoluto. Había grandes candidatos para la secretaría general federal, en este momento este proceso ha terminado yo creo que todo el mundo está a una respaldando a nuestro secretario general federal y yo creo que no se pueden unir los temas orgánicos con los de representación institucional, que no tienen nada que ver.

- ¿Cómo son sus relaciones con los líderes regionales Ana Sánchez o Luis Tudanca?

-Son correctas. Antes eran más cercanas y ahora menos, pero en todo caso son correctas y respetuosas. Ana Sánchez y Luis Tudanca son mis secretaria de Organización y general autonómicos y no tengo nada más que decir que tienen todo mi respeto y afecto político.

- ¿Vamos hacia lista única en los congresos autonómico y provincial?

- No está en mi mano valorar si va a haber una o más listas en los congresos autonómico y provincial. Si me pregunta mi preferencia, hombre, yo siempre votaría por la lista de consenso, pero el que haya más opciones compitiendo por el cargo de secretario general autonómico o provincial tampoco está mal, encaja en la cultura del partido de procesos de primaria y democracia interna.

- ¿Debe el próximo congreso federal redefinir la línea socialdemócrata del PSOE, viendo cómo vienen las cosas por Europa, donde los partidos socialistas van claramente a menos cuando no están al borde del abismo?

-El Partido Socialista lleva una crisis interna que se ha alargado mucho en el tiempo. Ahora se ha elegido al secretario general y hay un congreso federal que tiene un cometido importantísimo, que es fijar la línea política para los próximos cuatro años. Hay dos documentos, que el elaboró Eduardo Madina y el que han realizado José Felix Tezano y Manu Escudero. Desde la cultura del partido, creo que saldrá un documento de síntesis para sacar la línea política de actuación, aunque habrá que esperar a saber qué enmiendas se aprueban y cuales no.

- ¿Antonio Plaza es un cadáver político?

-No, nunca lo ha sido, para nada. Soy un militante disciplinado del partido que ha estado donde le han colocado los compañeros en todo momento y que a veces se aparta a un lado. En política nunca se puede hablar de cadáveres políticos, empezando por el propio Pedro Sánchez, que se demuestra que tiene muy buena salud. Si me pregunta si estoy cansado, yo diría que si, que soy un militante cansado porque este proceso ha sido agotador para todos. Está uno un poco agotado, pero "nunca digas nunca jamás".