"A los dos días del accidente", el imputado "contrató un seguro distinto" al que venía cubriendo la seguridad del cámping, cuyo representante legal explicó en el juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal que fue rescindido por parte de la compañía por el impago de la cuota de abril y ante la falta de respuesta a los requerimientos que se le hicieron por escrito. El administrador del área de recreo aseguró no haber recibido ninguna carta, "nadie me dice que había ningún impago". El recinto siguió usándose desde ese mes hasta julio sin seguro que cubriera accidentes, como el que sufrió el menor, recalcó la abogada de la familia del niño herido al caerle encima una puerta. "Nunca dijo" a sus clientes "que no se responsabilizaba si ocurría algo ni les obligó a firmar un papel de que no le exigirían nada". Reprochó que "no colocara ningún cartel indicativo de que el cámping estaba cerrado", al carecer de licencias para su actividad. "Ni les pidió la llave" con la que accedían al recinto de caravanas "ni les dijo que estar allí era ilegal y que tenían que irse". El abogado del acusado pidió su absolución porque los clientes usaban el área de recreo antes de que él se hiciera cargo la administración y "mantuvo reuniones con ellos para solventar ciertos riesgos en interés de los menores". Achacó el accidente a la "mala suerte", la puerta "llevaba años" asegurada por piedras y aludió a la falta de vigilancia de los padres del menor para evitar el accidente.