Una investigación le trajo hasta la provincia de Zamora y aquí encontró su inspiración. La artista Bárbara Fluxá estaba inmersa en un estudio sobre pueblos sumergidos por la construcción de embalses y tras viajar por Galicia y Asturias y recaló en el balneario de Almeida, regentado por su amigo Antonio Acha, quien le habló de la historia de Argusino. Había encontrado la inspiración para su proyecto.

La artista madrileña regresaba ayer a Zamora para participar en una singular actividad programada por el Museo Etnográfico de Castilla y León en la que, con motivo del 50 aniversario de la desaparición de Argusino, presentó a los presentes toda la documentación -desde documentos hasta fotografías- recopilada durante ese proceso de investigación que le llevó a conocer más a fondo Almendra.

Ayer habló sobre sus obras "Paisaje cultural sumergido" y "Mapa de un lugar desaparecido", fruto de su investigación sobre la zona del embalse. "Se le conoce popularmente como el mar de Castilla pero no se puede ver lo que contiene. Con estas obras yo pretendía dar visibilidad a algo que a simple vista no se aprecia", explica Fluxá. Para ello, se sirvió de un sonar de barrido lateral, que fue "buceando" por el embalse zamorano para ofrecer imágenes de su interior.

"Se consiguen una especie de ecografías, es decir, no son imágenes nítidas, sino un resultado verdaderamente extraño, ya que lo convierte en un volumen en tres dimensiones, donde se pueden reconocer algunas ubicaciones. De hecho, algunos vecinos lo han logrado", confiesa. El objetivo era aprovecharse de la tecnología para realizar un ejercicio de imaginación y descubrir diferentes capas, logrando una singular mirada arqueológica", resume.

Para finalizar, la artista aprovechó al público que acudió al salón de actos del Etnográfico para "experimentar" con ellos, teniendo en cuenta que en su mayoría se trataba de vecinos y amigos del pueblo de Argusino. Fue el momento de un taller abierto, en el que los asistentes participaron creando en un papel un recuerdo sobre el pueblo sumergido bajo el embalse, ya fuera un mapa de Argusino, un paisaje de la zona o incluso su propia casa.

Tras elaborar en la hoja su pequeña obra de arte, junto con el nombre, edad y fecha en la que se fueron del pueblo, además de su firma, se la entregaron a la artista. Todo ello conformará la materia prima con la que Fluxá pretende crear un proyecto titulado "Un ejercicio de memoria". "Se trata de un juego para incentivar sus recuerdos y recopilarlos para elaborar una nueva obra", adelantó. Y así, Argusino será, una vez más, la inspiración que cree una obra de arte que servirá para continuar manteniendo viva su memoria.