"En abril, aguas mil" decía el refrán más conocido relativo a ese mes. Y como todos los dichos, seguro que refleja una realidad, pero tiene sus excepciones. Y se nota más en años como este 2017 porque casi no ha caído ni gota, después de un año, el pasado, abundante en precipitaciones en un mes seguramente crucial para los cultivos, ya que si ocurre como este año con la pertinaz sequía, muchas plantas lo van a pasar mal y los agricultores que han puesto su trabajo en los cultivos, todavía, peor.

Los datos hablan que en Zamora, con registros de la capital, no ha llovido este 2017 en abril ni la décima parte que en un año normal. De hecho, oficialmente solo ha llovido un solo día y justo al final, el 30, ya que ha habido alguna jornada más donde el cielo parece que pinteaba pero con apenas unas gotas que resultan inapreciables para los pluviómetros de la estación meteorológica.

La Agencia Estatal de Meteorología Agencia Estatal de Meteorologíaconstata cómo en abril de este año la cantidad de lluvia recogida ha sido de 3,4 litros, todos ellos caídos el día 30, sin que las gotas caídas en alguna jornada más fueran suficientes siquiera para tener una entidad medible. Los valores normales son que en Zamora caigan durante un mes de abril 39 litros. O sea que lo caído este año no llega ni al 10%, se queda en el 8,7%. Claro que una cosa son los valores denominados normales, que se sacan de la media de lo que ocurre todos los años, y otra cosa la realidad. Y la verdad es que ha habido también otros abriles llamativos en Zamora, como el del año 1915, cuando no cayó ni gota, o el del año 1965, cuando se registró una precipitación de apenas medio litro. En 1915 no llovió un solo día. Y este año, 2017, un siglo después, solo ha llovido uno. Lo normal es que llueva durante 7,2 días durante el mes de abril, es decir, que caiga un chubasco cada tres días.

De los datos expuestos se deduce que no está claro por qué se dan estas situaciones de sequía. De hecho, no parece que la teoría del cambio climático sirva para explicar el fenómeno. Ni las rogativas de antes de la Semana Santa, para que no llueva o de después, para que lo haga. Sobre todo teniendo en cuenta que el año pasado, en 2016, cayeron nada menos que 102,7 litros, una de las cantidades de precipitación más altas de la historia en un mes de abril. El récord lo tiene abril de 1988, donde el observatorio que tenía Iberduero registró nada menos que 111,4 litros.

Los datos de este año, además, vienen de un invierno que ha sido también seco, aunque un abril lluvioso hubiera podido, sin duda, remediar algo la situación. Ahora, aunque la lluvia nunca venga mal, parece que un cambio de situación podría llegar tarde al menos para algunos cultivos.

Y este año se ha sumado también el factor de las heladas tardías, que han venido a empeorar la situación agrícola, aspecto éste especialmente relevantes en provincias como Zamora, debido al fuerte peso que todavía tiene el sector primario en la economía provincial.