Un cuarto de siglo. Es el tiempo que ha pasado desde que el poeta zamorano Jesús Losada escribió su primer libro, "Indulgencia plenaria". Desde entonces, han pasado años, versos, una docena de libros, premios y, sobre todo, experiencias. Vive en República Dominicana desde hace tres años y, aunque no olvida Zamora, su futuro se lo plantea en el país caribeño, donde trabaja como profesor de Literatura en la Universidad Pontificia y ha ingresado como miembro de número en la Academia de Ciencias y de Artes de República Dominicana.

-Presenta en Zamora su libro "El peso de la oscuridad", con el que ganó el IV Premio Internacional de Poesía José Zorrilla. ¿Tienen un sentido especial los actos literarios en su tierra?

-Pues sí porque presentar aquí el libro era una deuda que tenía contraída con Zamora. El público zamorano siempre me responde bien y en todos los actos estoy rodeado de amigos y de muchos lectores anónimos que no conoces, lo que te reconforta mucho porque significa que la literatura y, sobre todo, la poesía, sigue destilando esplendor.

-El poemario es un libro duro, intenso y dedicado a su mujer, que falleció en un accidente de tráfico ese mismo año. ¿Se van curando las heridas o hay llagas que nunca sanan?

-No hay que escribir siempre desde la profundidad de la herida porque la poesía es también la celebración de la vida, es lenguaje, es conocimiento... también se escribe desde los estados de esperanza y alegría. En mi obra yo creo que, aunque a veces el peso de la oscuridad está presente, siempre hay una rendija por la cerradura de la llave por donde penetra la luz. "El peso de la oscuridad" es un libro de escepticismo, de duda, "pero también de esperanza". Una obra que, además, encierra cierto misterio porque fue una premonición: "Lo terminé de escribir el mismo día que falleció mi compañera, Carmen Isla".

-¿Cuál es el estado de salud de la poesía en España y, por contraposición, en República Dominicana, donde reside en la actualidad?

-Tanto en Centroamérica como en Latinoamérica hay un gran público lector de poesía, pero en España este colectivo también existe. Yo siempre cito a Juan Ramón Jiménez cuando alude a esa "inmensa minoría de lectores", pero es un grupo que se mantiene siempre en todas partes porque, aunque no cotiza en bolsa, tiene seguidores muy fieles.

-¿Muy arraigado a su nuevo país?

-La verdad que sí, me encuentro muy a gusto. Con anterioridad viví en Costa Rica, Italia e India, pero aquí me unen muchos vínculos. Estoy volcado en la vida académica y hemos impulsado el primer doctorado del país con título propio en estudios de español, algo que no existía. Además, estoy trabajando mucho de forma social y académica porque aquí hay grandes desigualdades sociales. Ahora me encuentro feliz porque he ingresado en la Academia de Ciencias y de Artes de República Dominicana como miembro de número.

-¿Qué proyectos literarios tiene entre manos a corto o medio plazo?

-Estoy preparando una antología de toda mi poesía con motivo de los 25 años desde la publicación de mi primera obra, "Indulgencia plenaria". Está previsto que salga a finales de año o principios del que viene de la mano de una editorial española para recopilar todas aquellas obras premiadas y otras que no lo fueron pero que hoy en día están agotadas.

-¿Ha trabajado con alguna editorial dominicana?

-Pues en ello estoy. Me ofertaron un trabajo en el que también estoy volcado en la actualidad y que llevará el título de "Negrura". Trata de ser una metáfora del país por el color de su gente y por todas esas oscuridades y sombras que van siempre conmigo. Saldrá a finales de año.