Como buena jugadora de mus que es, a Mayte Martín Pozo es difícil colársela con guiños, máxime cuando se encarga de supervisar todo lo que tenga relación con su trabajo como presidenta de la Diputación Provincial donde ejerce de jefa y señora, que para algo la designaron. La ahora coordinadora provincial del PP será, si todas las previsiones se cumplen, la nueva secretaria general de los populares de Zamora en sustitución de Alberto Castro, un relevo más que esperado desde que el delegado de la Junta se alineó con el sector más próximo a Herrera y se alejó del presidente provincial.

La presidenta de la Diputación no se anda con chiquitas cuando cree que tiene que largar una bronca ni le tiembla el pulso al tomar decisiones por delicadas que estas puedan ser. De ahí que sea el complemento perfecto a la presidencia de Barrios. Así lo ha debido de entender Maíllo. Los conflictos, si los hay, sin duda recaerán en ella para que trate de solucionarlos con su mano de hierro y el apoyo de un presidente que siempre mostrará su dotes de diálogo y paciencia. Tras el anuncio de la posibilidad de cambiar de presidente provincial fueron muchos los ojos que se giraron hacia Martín Pozo, pero nadie cayó en la cuenta que el que repartía las cartas de la partida de mus era Maíllo.