El irrepetible aluvión de millones que trae la línea de alta velocidad hace que los presupuestos generales del Estado se sitúen durante estos años en cifras históricas. Cuando se acaben los trabajos el presupuesto para la provincia por lógica, bajará sustancialmente, y se sustentarán en los más de 30 millones que hay que seguir pagando para la autovía A-66 entre Zamora y Benavente y, desde 2019, en los tramos de la autovía hacia la frontera, A-11. Si el volumen de los presupuestos del Estado para la provincia y el impacto que la gran obra de infraestructura sobre el territorio es indiscutible, convendría no perder de vista otras partidas mucho más pequeñas pero que podrían arreglar otros muchos problemas en la capital y provincia. Por ejemplo en los presupuestos aparecen partidas para el arreglo de castillos y murallas de varios puntos de España, entre los que no está Zamora. En regadíos tampoco hay ninguna partida para Zamora o, mejor dicho, siguen apareciendo varias fases del Canal Toro-Zamora, pero sin dinero alguno, ya que la modernización está totalmente concluida. Tampoco hay partida alguna para el arreglo de cuarteles de la Guardia Civil y eso que las instituciones locales, sobre todo la Diputación, echan una mano en lo que pueden. En otras provincias sí hay partidas para este fin. Y por último, ni en cauces, ni en abastecimientos ni en saneamientos aparece ningún proyecto destacado más allá, en algún caso, de pequeñas partidas para alguno de estos fines. En conjunto, la inversión del Estado a través de los ministerios es de 28.348.350 euros en Zamora y a través de los organismos como ADIF y otros de 261.244 euros. Zamora se lleva casi uno de cada tres euros de inversión del Estado en Castilla y León.