ETA entregó ayer a las autoridades 118 pistolas, rifles y armas automáticas, más de 2.800 kilos de explosivos y 25.000 elementos de detonación y munición, algo que la banda califica como su desarme definitivo y que, se espera, empieza a poner fin a uno de los grupos terroristas más sanguinarios de Europa. Los 58 años de la historia de ETA -fundada en 1959- dejan atrás años de dolor e infamia. Ni siquiera está claro el número de víctimas que ha dejado la banda pues las cifras oscilan entre las 955 que estima la Asociación de Víctimas del Terrorismo y las 837 que cuenta el Gobierno vasco. Tantos años han dejado en Zamora su huella, con más de una decena de muertos y con un episodio, el de la furgoneta cargada de explosivos encontrada en Bermillo de Sayago, que empezó a sellar el fin de ETA. Los asesinatos, casi todos trabajadores de los cuerpos de seguridad del Estado, se registraron entre 1978 y 2008.

José María Acedo Panizo

De 54 años, era natural de Camarzana de Tera y sargento retirado de la Guardia Civil. Fue tiroteado en Andoain el 10 de marzo de 1978, a escasos kilómetros de la localidad de Aduna, donde trabajaba como jefe de vigilantes de la empresa ATC. El asesino, relataron los testigos, le disparó tres veces en el tórax y, al ver que iniciaba algún movimiento, volvió a disparar, esta vez en la cabeza. Acedo Panizo estaba casado y tenía tres hijos.

Epifanio Vidal Vázquez

Chapista. De 27 años y natural de Villárdiga, fue ametrallado desde un coche en Durango, provincia de Vizcaya. Se le consideraba muy vinculado a la Guardia Civil -aunque era obrero y no formaba parte del cuerpo-. El atentado ocurrió alrededor de la una del mediodía del 25 de octubre de 1978 a unos 40 metros del garaje donde trabajaba. Epifanio Vidal cayó muerto sobre la acera mientras sus agresores se daban a la fuga en un Renault 5 matriculado en Bilbao, que fue el mismo vehículo utilizado para atraer a la víctima minutos antes, en su puesto de trabajo.

Leoncio Revilla Alonso

Guardia Civil, de 25 años y natural de Benavente, fue asesinado por ETA el 11 de noviembre de 1978, año en el que la banda se cobró tres víctimas zamoranas. Cuando una carga explosiva alcanzó el Jeep en el que viajaba en Izcoaga, provincia de Guipúzcoa, Revilla llevaba solo dos años en la Benemérita y apenas tres meses destinado en Bilbao. Llevaba unos días de servicio en San Sebastián.

Manuel García Poyo

Guardia Civil, natural de San Martín del Pedroso y de 29 años de edad, fue asesinado por ETA a primera hora de la mañana del 13 de enero de 1979, cuando intentaba desactivar un artefacto cercano a otro que, horas antes, ya había causado la muerte de un compañero. Formaba parte del Equipo de Desactivación de la 522 Comandancia de la Guardia Civil. Dejó esposa y tres hijos.

Alfredo Díez Marcos

El 1 de febrero de 1980 fue asesinado en Ispáster (Vizcaya), el joven Guardia Civil de Fermoselle, de solo 25 años de edad. En el mismo atentado murieron otros cinco agentes después de que ETA tendiera una emboscada a los dos vehículos en los que viajaban. Los asesinos usaron fusiles de asalto, metralletas y granadas de mano. Se hicieron más de un centenar de disparos.

Aniano Sutil Pelayo

Policía del Tedax, asesinado el 27 de marzo de 1983. Junto a su compañero, intentaba desactivar una bomba colocada por ETA en el barrio donostiarra de Gros. Después de que la Policía Municipal recibiera aviso por teléfono sobre la ubicación del artefacto, se avisó al equipo de artificieros de la Policía Nacional. La bomba estalló después de que se estableciera el cordón de seguridad cuando los agentes iban a desactivarla. Al parecer, los terroristas usaron un mecanismo trampa, pues su verdadero objetivo era asesinar a los artificieros. El pueblo de La Hiniesta le rindió homenaje en enero de 2015 con la colocación de dos placas que lo recuerdan.

Ángel Mota Iglesias

El 14 de marzo de 1990 fue tiroteado en San Sebastián Ángel Mota Iglesias, funcionario de prisiones de 31 años. Los hechos ocurrieron después de que el zamorano bajara la persiana de un establecimiento fotográfico de su propiedad, alrededor de las siete de la tarde, para después desplazarse junto a su vehículo, estacionado a escasos metros de la tienda, acompañado por su hijo de seis meses. Residía en el País Vasco desde 1960 y trabajaba como contable en la prisión guipuzcoana de Martutene desde hacía ocho años. No tenía contacto con los internos. No estaba afiliado a ningún partido político. Dejó mujer y dos hijos.

Benjamín Quintano Carrero

Con 48 años en el momento de su asesinato, ETA le tiroteó el 4 de abril de 1990 cuando terminó su jornada de trabajo en el cuartel de Antxaurrondo, en San Sebastián. Era natural de Torregamones. Llevaba 20 años destinado en el País Vasco y pensaba en regresar a Zamora dentro de unos meses. Era viudo y dejó cuatro hijos. Benjamín Quintano no falleció hasta media hora después del atentado sin que los servicios médicos fueran capaces de reanimarle. Todo el pueblo de Torregamones se solidarizó con la familia.

Carlos Pérez Dacosta

Guardia Civil de 22 años, Pérez Dacosta llevaba solo un año trabajando en Vizcaya cuando fue asesinado el 28 de julio de 1991. Era natural de San Vitero. Fue asesinado en Guecho al hacer explosión un coche bomba cuando pasaba el vehículo en el que marchaba. En el mismo atentado, un compañero resultó herido de gravedad y cerca de treinta personas sufrieron heridas de diversa consideración.

Emilio Tejedor Fuentes

Era capitán de Infantería, natural de Fresno de Sayago y tenía 51 años cuando fue asesinado por la banda terrorista ETA. Fue asesinado en Madrid a las ocho y media de la mañana del 6 de febrero de 1992 junto con otros tres militares y un civil cuando la banda hizo estallar el furgón militar en el que se dirigían a la Capitanía General. Estaba casado y tenía un hijo.

Ricardo González Colino

Con 38 años, el policía natural de Cerezal de Sanabria fue asesinado de un disparo en un céntrico bar de San Sebastián. Soltero, llevaba once años trabajando en Guipúzcoa y desempeñaba funciones de radio patrulla en las unidades de Seguridad Ciudadana. El atentado se produjo pasada la una de la madrugada. El zamorano no se encontraba prestando servicio y estaba vestido de paisano. El pueblo, de apenas treinta habitantes, sufrió una gran consternación tras el asesinato de su vecino.

Isaías Carrasco

16 años después de causar la última víctima zamorana, ETA mató de un disparo en Mondragón al exconcejal socialista Isaías Carrasco, natural de Morales de Toro. De 43 años, Carrasco recibió cinco tiros cuando acababa de subirse a su coche. El atentado se produjo sobre las 13.30 horas del viernes 7 de marzo de 2008. Dejó viuda y dos hijas. Su pueblo le rinde homenaje dando su nombre a una calle.