"Recuerdo muy bien el 9 de abril de 1977 porque en ese momento nos cambió la vida". La fragilidad de la voz de Amable García contrasta con la fuerza de su discurso. A sus 94 años, el histórico militante del Partido Comunista de Zamora habla con la autoridad del que nunca se calló. Nada ni nadie le impidió nunca expresar sus pensamientos. Y eso le llevó a prisión. Quizá el hecho determinante en la historia de su vida fue el asesinato de su padre en 1936 a manos de las tropas nacionales. Una fecha que lleva marcada a fuego en la cabeza y en el corazón. En las pasadas elecciones municipales, Amable García cerró la lista de 25 presentada por Izquierda Unida. "Un homenaje", decían algunos. Él, no. "Yo quise presentarme porque nunca antes me lo habían permitido", asegura.

Hoy se cumplen cuarenta años del Sábado Santo Rojo. Ese 9 de abril de 1977 en que España daba una auténtica vuelta de tuerca a la política nacional con la legalización del Partido Comunista. En Zamora, Amable García fue testigo de excepción de aquel hecho histórico. ¿Le cogió de sorpresa? Con sus razones en la mano afirma tajante: no. "Nosotros estábamos esperando que lo legalizaran, como al resto de partidos. ¿Por qué no lo iban a hacer?", explica el histórico militante.

Su llegada al Partido Comunista tuvo mucho que ver con el final de la Segunda Guerra Mundial. "Era el año 1945 y yo entonces tenía trece años. Había terminado la guerra y aquí esperábamos que los llamados países demócratas no reconocieran al franquismo. Creíamos firmemente que Estados Unidos, Francia e Inglaterra iban a acabar con el fascismo que había en este país, pero no fue así", detalla Amable García. "Ese fue el motivo por el que en diciembre del 45 se formó en Zamora el primer grupo del Partido Comunista, con catorce hombres y dos mujeres", añade.

Sus días de militancia no iban a durar mucho sin represión. "El 10 de abril de 1946 nos detuvieron a todos", recuerda con exactitud. Lo cierto es que esos 16 pioneros comunistas en Zamora sufrieron una orden directa de Francisco Franco: había que recluir en el penal de Burgos a los hombres más peligrosos del PCE, del PSOE y de la CNT. "Me llevaron primero a Valladolid y me condenaron a seis años. Al que más, le cayeron doce", rememora García.

Su vida, reconoce, dio un cambio radical tal día como hoy hace cuatro décadas. "Ese 9 de abril de 1977 significó dejar de estar perseguidos como lo estábamos hasta entonces, porque aquello era tremendo", expresa. "Antes de eso, yo iba al Teatro Principal y siempre tenía un policía detrás. Oye, no fallaba", describe. Una situación que se revirtió de la noche a la mañana.

Cuarenta años después de aquello, Amable García mantiene firmes sus ideas y sus ideales, feliz porque su lucha haya llegado al Ayuntamiento de Zamora. "No hay en España un Gobierno de izquierdas como este", esboza con media sonrisa en la boca.