Juan José Aliste, zamorano, es presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo de Castilla y León. ETA cambió su vida el 10 de noviembre de 1995, cuando por la explosión de un coche bomba perdió las dos piernas. Ahora, más de 20 años después, contempla la entrega de armas de la asociación terrorista.

-¿Se creen esta entrega de armas?

-En este caso concreto, no termino de creérmelo. Además, no es que no termine de creérmelo, es que ya no tienen mucho sentido estos comunicados. Lo que tienen que hacer es decir que todo se ha acabado, entregar todo su arsenal, que es lo que parece que van a hacer, pero que ayuden también a esclarecer esos 300 casos que quedan por esclarecer. No tiene otro punto.

-¿Qué le han transmitido el resto de asociados al respecto?

-Poco más de lo mismo. Esto no es nuevo, llevamos con distintos comunicados y distintas entregas de armas mucho tiempo, pero ellos, los terroristas, siguen ahí, por desgracia. Con toda esta parafernalia, ellos están en las instituciones y gobernando en muchos ayuntamientos y comunidades autónomas como Navarra. Es poco más de lo mismo para estar en primera línea, en el candelero.

-Algunos sectores, sin embargo, consideran este paso como el fin definitivo de ETA. ¿Se acabó ya antes con ETA o no se ha acabado aún con la banda terrorista?

-Con la banda terrorista ETA como tal, que pegaba el tiro en la nuca y mataba indiscriminadamente, espero que se haya acabado totalmente. Pero el proyecto político que la sustentaba sigue vivo. Está más vivo que nunca.

-¿Creen que se ha dejado de lado a las víctimas con este proceso de negociación para la entrega de armas?

-Si es que en este proceso no pintamos nada, porque consideramos que es una parafernalia, una puesta en escena. Las víctimas lo único que queremos es que los terroristas cumplan sus condenas y deseamos que esto pueda servir para que los crímenes que quedan sin resolver, se puedan resolver.