El aumento de un 33% de los beneficios de Caja Rural de Zamora, la única entidad financiera netamente provincial que queda en pie, hasta los 10,8 millones el año pasado no es el único dato positivo que destaca su director general Cipriano García, que da mucha importancia a los ratios de eficiencia y solvencia, además de las buenas perspectivas de crecimiento no solo en la provincia de origen, sino también en Valladolid y León. Convencido de que el modelo federal de las cajas rurales ha demostrado su éxito frente a las fiebre de las fusiones de dudoso éxito, el director general de Caja Rural defiende una idea "hay que hacer algo distinto porque si no la provincia no podrá recuperar la distancia que nos separa con otras".

- Habló en su discurso de la entrega de premios de la Fundación Caja Rural de una discriminación positiva para Zamora. No parece que le hayan hecho mucho caso.

-Tenemos las comunicaciones, que son importantes, pero faltan otras muchas cosas. Si todos vamos a la misma velocidad y los que vamos detrás no aceleramos, las distancias se van a mantener siempre. En esta provincia, por tanto, tenemos que acelerar, pero si no hacemos algo distinto a lo que hemos hecho hasta ahora, es imposible que esto vaya a cambiar. Cuando hablo de discriminación positiva me refiero a que llegue Internet donde tenga que llegar, que llegue la energía a los polígonos racionalmente y todos los servicios. No podemos esperar a que entren en rentabilidad porque entonces en lugar de aminorar las diferencias de desarrollo las agrandamos. Los adelantos tecnológicos se van a implementar donde más rentables son y si aquí llegan diferidos en el tiempo se seguirá generando cada vez más desigualdad.

- ¿Está pidiendo más subvenciones?

-No quiero que se subvencione a nada ni nadie, porque los subsidios solo llevan a la muerte, pero está claro que habrá que hacer un plan, debemos ser capaces de inventar algo para procurar el desarrollo de Zamora. Alguien se tendrá que preocupar de poner en solfa las debilidades que tenemos, tecnológicas, de comunicación y de otro tipo, porque no pueden ir por detrás de los demás, aumentando así la distancia que nos separa. Tenemos que hacer algo distinto porque si no los avances llegarán cuando lleguen, como están haciendo ahora autovías o trenes, pero ya estarán ubicadas en otro sitio las empresas y aquí no va a venir nadie.

- Usted siempre habla del sector de la transformación agroalimentaria como clave para el desarrollo de Zamora. Sin embargo, es el que más desarrollado está ya, con importantes empresas. ¿Hay mayor margen de mejora en este campo?

-Si, a mi me parece que queda mucho recorrido todavía. Efectivamente, tenemos empresas de transformación importantes. Pero aquí se produce muchísimo más de lo que se transforma y además nos quedamos en muchos casos en la primera fase de ese desarrollo. Tenemos que intentar que llegue al consumidor que es realmente donde se genera el valor añadido y los puestos de trabajo. Siempre he dicho lo mismo: queda muchísima producción del sector primario en Zamora susceptible de transformación.

- ¿Y otros sectores?

-Junto al agroalimentario, el sector turístico, poner en valor nuestro patrimonio y los espacios naturales son las tres patas de nuestro desarrollo. O dos, porque el turismo de patrimonio y el espacios naturales puede ser el mismo. Lo que está claro es que necesita un montón de desarrollo y ahí es donde tenemos que intentar hacer valer lo que tenemos y ponerlo en el mercado.

- Siempre se habla del turismo, pero la verdad es que no acaba de arrancar en Zamora.

-Uno de estos días leía que Castilla y León era una de las primeras comunidades receptoras de extranjeros en turismo de interior. Pero si a Castilla y león vienen 1.600.000 turistas, a Zamora solo le tocan 29.000, andamos por el 2%, por tanto no hemos sido capaces de mostrar nuestros atractivos, que la gente sepa los valores que tenemos aquí, de saberlos vender en definitiva. Con otros los respetos hay que hacer un esfuerzo y una autocrítica, algo no haremos bien y tenemos que intentar por todos los medios que cambie el signo. Y al menos que estos turistas que ya vienen a Castilla y León visiten más Zamora, en la parte alícuota que nos corresponda, que está claro no es ese irracional 2%. Porque cada provincia tiene sus atractivos, pero nosotros también tenemos los nuestros. No se si mejores, pero tan buenos como los demás y tiene que tocarnos una proporción muchísimo mayor.

- ¿Qué es lo que más le preocupa de los problemas de la provincia, la despoblación, el envejecimiento, que se marchen los jóvenes?

-Es que es todo. Hay que reconocer que son problemas nada fáciles de cambiar, ojo, esto hay que tenerlo claro. Porque una cosa son las utopías o las ideas que todo el mundo puede tener en mente y otra darle la vuelta a la situación, que no va a ser fácil. Por eso digo que tenemos que ser incisivos y acelerar si cabe más que lo que están haciendo en otros sitios porque si no con la rémora que traemos, es imposible que vayamos a traer un cambio radical. La despoblación es seguramente irrefutable, porque es algo sociológico. Pero la fuga de la gente joven si somos capaces que aquí haya una innovación del tipo que sea son los que tienen que alimentarla para que esta sociedad no se debilite más. Si no hacemos nada, cada vez tendremos más distancia con el resto y si ahora los jóvenes cuando cumplen los 18 años se van de la provincia casi por la ley de Dios, si no ponemos remedio más gente aún se va a marchar.

- Cipriano García ha vivido una etapa en la que las fusiones parecían algo inevitable. Sin embargo, ustedes siempre defendieron su modelo cooperativo. ¿El tiempo les ha dado la razón?

-Si, porque el volumen no es lo que determina el éxito de las entidades financieras. El tiempo va dando y quitando razones. Si hay dos entidades debilitadas, tras la fusión sale una más grande, pero no una más fortalecida, sino seguramente todo lo contrario. Porque en las fusiones hay un montón de conflictos, además de los del mercado, los internos que nadie valora, de personal, de toma de decisiones e incluso de estatus. Entiendo que el tamaño tiene una importancia, pero limitada, porque por encima del tamaño está la gestión, y nosotros somos un claro ejemplo de lo que estamos diciendo.

- ¿En qué parámetros?

-Por ejemplo en la eficiencia que tiene la caja. Aunque la hemos empeorado en el último año está en un 44%, lo que supone que para conseguir cien euros de beneficio gastamos 44. La media del sistema está en un gasto de 60 euros para ganar cien. Y eso que nosotros, aunque crecemos, todavía seguimos siendo pequeñitos. Lo importante no es el tamaño, sino la gestión que se hace.

- ¿Vaticinaba que quedarían como única caja provincial?

-Cuando llegué ya no estaba Caja Zamora, era Caja España. Con la filosofía de este grupo de cajas rurales entendemos que el aspecto de cercanía es determinante, es lo que nos distingue del resto de las entidades financieras, este modelo federal que tenemos que aunque tenemos nexos comunes en el Banco Cooperativo gozamos de autonomía y la cercanía determinante en cada provincia o zona de actuación donde estamos desarrollándonos. Defendemos que esa siempre ha sido nuestra filosofía y hemos entendido siempre que con eso es lo que tenemos que batallar y ahí es donde tenemos que sacar los resultados.