El Ministerio de Industria y Energía estableció, a partir de julio de 2016, una normativa mucho más dura y restrictiva para pasar la Inspección Técnica de Vehículos. Una serie de medidas de control implantadas a instancias de Bruselas que convirtieron la prueba de gases en un auténtico drama a la hora de revisar el estado del vehículo. Los expertos indican que, en líneas generales, estas restricciones han provocado un mayor número de rechazos a la primera visita a la ITV, obligando a los propietarios a pasar por el taller e intentar pasar la inspección a la segunda. Sin embargo, la amenaza de no pasar el control de gases nunca más ya se cierne sobre muchos de esos coches mayores de veinte años.

La generalización de automóviles con combustibles limpios todavía está muy lejos de tener alguna repercusión en el tráfico tanto de Zamora como del resto de Castilla y León. A finales del pasado año se había matriculado en la comunidad 136 turismos eléctricos y 35 furgonetas, mientras que las matriculaciones de coches con otros combustibles alternativos como el hidrógeno, el biodiesel o los gases licuado ascendían a 147, más 15 furgonetas.