Días antes de asaltar la casa habían acudido al domicilio del matrimonio haciéndose pasar por operarios de una compañía eléctrica, ofreciendo un servicio que les permitiría reducir la factura. La pareja tenía que entregar 3.000 euros para obtener el beneficio, lo que hizo sin cuestionarse que podría ser un timo.

Los supuestos operarios volverían al piso de madrugada y entraron a la vivienda desde el patio interior con una escalera, según lo relatado en el juicio celebrado ayer en el Juzgado de lo Penal. Ahora ya, dispuestos a llevarse todo el dinero que hubiera en la casa sin mayores dificultades, puesto que la visita anterior les había permitido localizar el lugar en el que la pareja lo guardaba, según mantiene el Ministerio Fiscal. Y lo consiguieron. Los tres individuos sustrajeron 8.000 euros con los que huyeron de la vivienda de forma inmediata, si bien dos de ellos negaron haber participado en los delitos que se les imputan.

Por estos hechos, la Fiscalía, que les acusa de un robo con violencia y una estafa, exige cinco años de prisión para dos de ellos, el tercero ha reconocido los hechos y se ha conformado con la pena solicitada a la magistrada del Juzgado de lo Penal, que se recogerá en sentencia, tras aplicársele la atenuante de confesión, que será de cuatro años de cárcel, tres y medio por el robo y seis meses por la estafa.

Los procesados, una vez en el interior del piso, rompieron la puerta del dormitorio en el que descansaba el matrimonio, que se despertó. El hombre se levantó y sufrió un empujón por parte de uno de los acusados, según sostiene la Fiscalía. La mujer permaneció en la cama, presa del miedo.

Un pequeño fallo, el olvido de una linterna, sería decisivo para imputar a los tres procesados en este caso. La policía científica pudo tomar muestras de ADN, que resultaron ser compatibles con el detenido que se conformó ayer con la condena por el robo con violencia y por un delito de estafa.

La investigación policial permitió relacionar a los otros dos con el suceso gracias a los datos arrojados por el rastreo de un teléfono móvil, que permitió conocer que habían estado el día del asalto en las inmediaciones del inmueble donde se produjo el robo. Los imputados tuvieron que efectuar una llamada al servicio de grúa porque el vehículo en el que huían con el dinero se les estropeó en las inmediaciones del edificio. La localización de la llamada en esa zona la clave para localizar a los tres procesados