Padres de alumnos de guarderías de Zamora han recibido la recomendación de estar atentos ante la aparición de síntomas de la escarlatina, debido a que se habría producido algún caso en la capital en edades infantiles. La Junta de Castilla y León, citando fuentes del servicio de Sanidad de Zamora, asegura que no tiene noticia de la existencia de ningún brote de escarlatina. Se trata de una patología que no está incluida entre las enfermedades de declaración obligatoria, por lo que podría haber algún caso aislado cuya existencia no llegue a conocimiento de las autoridades, cosa más difícil en el supuesto de que se declare un brote.

Los síntomas habituales de la escarlatina incluyen fiebre, dolor de garganta o de tripa. La diferencia con otras faringo-amigdalitis son los pequeños granitos rojo-violáceos palpables y rasposos en cara (mejillas y que dejan un surco blanco alrededor de la boca), tronco y pliegues de brazos y piernas sobre todo.

Es una enfermedad característica de la primera infancia, relativamente frecuente, para la que no existe vacunación. Se suele dar entre los 3 y 6 años, aunque puede aparecer hasta los 10. Aunque cada cierto tiempo pueden aparecer brotes en escuelas y guarderías no está claro que la patología vaya en aumento, indican los expertos.

El tratamiento se realiza con antibióticos (penicilina) que debe administrarse durante un periodo de 10 días y no es frecuente que de complicaciones.

La enfermedad se contagia por vía oral, a través de las pequeñas gotitas de la saliva y las posibles secreciones adheridas a las manos por lo que los niños no deberían ir al cole durante unos 4 o 5 días. Los antibióticos reducen el tiempo en el que la enfermedad puede ser contagiosa y mejoran los síntomas que remiten en 24-48 horas aunque los granitos puede durar unos días más.