Como estaba previsto, la cita flamenca del NH resultó perfecta, digna de los anales de la historia flamenca de nuestra ciudad. Con un lleno absoluto y mucha gente sin poder asistir al evento por falta de espacio. Tiene su lógica, aunque la gala estaba organizada por la Peña, sólo y exclusivamente se cobraba el precio del cubierto, por lo que todos, absolutamente todos los asistentes tuvieron que pasar por caja, incluyendo los artistas. La Peña puso el resto -cache y alojamiento de los intérpretes- de forma totalmente altruista, en la línea habitual de ofertar a la ciudadanía bienes culturales que sirvan para dinamizar Zamora. Por eso se regaló la actuación de cinco artistas venidos de Jerez. ¡Y que artistas!

La dinámica del concierto -un mini festival completo por lo variado y ameno- supuso la interpretación por cada cantaor de dos palos, para finalmente, todos juntos hacer el correspondiente fin de fiesta.

Rompe la noche la imponente guitarra de Juan Moneo, acompañante de todos, con una extremada sensibilidad y saber estar para adaptarse a cada una de las voces, conducirlas y sacar de las mismas sus mejores cualidades vocales. Una de las guitarras más señaladas que han pasado por nuestra ciudad desde aquel lejano día en que acompañó a su tío y padrino, el mal logrado Torta en El Sayagués. Empieza tocándole a Manuel de La Fragua para desgranar malagueñas, la primera de Francisco Lema, Fosforito Viejo, y la segunda, la grande de Enrique El Mellizo. Preciosa interpretación. Soleares, Joaquín El de La Paula, Curro Frijones tres, Andonda, Pepe Torre y Tomás Pavón.

Turno de Coral de Los Reyes, abriendo por seguiriyas. Las dos de Tío José de Paula y cierre de Curro Durse. Ejecución emotiva y llena de fuerza. Remata con alegrías, también acompañadas por los hermanos Garrido a las palmas.

Sale de Pedro Garrido, Niño de La Fragua, para ejecutar media granaína y granaína de Antonio Chacón dedicada "a mi amigo Miguel -Miguelín Picarrico Chico- que estará por ahí". Estaba en primera fila y recibió un cariñoso aplauso de la concurrencia. Cerró por tientos de gran patetismo coronados por tangos acordándose de La Niña de Los Peines y del Piyayo.

La risueña Eva de Rubichi, "voy a ver si no me río" encandiló definitivamente al respetable por tarantos. Hizo tres, variados y de bella factura para cerrar su intervención cantando bulerías por soleá. El Gloria, María La Moreno, Frijones y Antonio La Peña fueron invocados magistralmente.

Nos acercamos al final con un apoteósico fin de fiesta de todos los artistas sobre el escenario y con una suculenta ristra de bulerías de cada uno de ellos, además filigranas guitarreras de Juan Moneo intercaladas. Después de casi dos horas de actuación, nos parecía poco. Por eso todo el público puesto de pie tributó un monumental y prolongado aplauso, previo a las fotos de rigor con los protagonistas.

Lo dicho, noche memorable donde las haya, y el próximo jueves lo anunciado: dos Albas sobre las tablas de nuestro Teatro. Nos vemos.