El Ayuntamiento de Zamora ha tomado una postura conciliadora en este conflicto sobre el mercadillo en el que tres partes defienden a ultranza sus intereses. Los vecinos no quieren el mercadillo frente a sus casas; los ambulantes no quieren problemas con los vecinos; y el Consistorio quiere que los ambulantes vendan pero molestando lo más mínimo a los vecinos. Una situación complicada que ha obligado al alcalde a salir al paso de las diferentes declaraciones para pedir mesura. "Hay que poner en una balanza los pros y los contras y a partir de ahí, tomar una decisión. En una parte tenemos a 230 familias cuya vida depende del mercadillo y en la otra tenemos alguna pequeña molestia para los vecinos", indica.

Francisco Guarido es consciente de que la ubicación del mercadillo de los martes "siempre va a generar problemas", pero también cree que puede haber algo más. "Cuando se quieren poner problemas, se ponen. Hay que tener en cuenta que algunos de los afectados corresponden a los chalés que ni si quiera están construidos", apunta. En relación a la posible denuncia, el alcalde no teme que la justicia pueda paralizar el normal desarrollo de la cita ambulante. "Los vecinos están notificados a través del correspondiente anuncio en el Boletín Oficial de la Provincia y el expediente está completo", asevera.