Un grupo de alumnos de formación profesional que estudian el segundo curso de técnico de grado superior en Laboratorio Clínico y Biomédico en el Instituto de Educación Secundaria María de Molina de Zamora visitaron recientemente las instalaciones del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca, del Centro Superior de Investigaciones Científicas. Con la salida al mercado laboral a la vuelta de la esquina, los jóvenes han podido ver cómo se trabaja en un centro de investigación, informa la agencia Dicyt, especializada en ciencia y tecnología.

Los estudiantes han conocido el centro, que realiza estudios punteros en agricultura, medio ambiente y sanidad animal; han visitado sus instalaciones, incluyendo laboratorios e invernaderos; y sobre todo han podido experimentar de primera mano, con prácticas reales.

Por ejemplo, en una de ellas observaron las diferencias en la capacidad antioxidante que tienen algunos alimentos naturales frente a otros productos de alimentación elaborados, en concreto, frutas y zumos en contraste con bebidas refrescantes. En otra, han aprendido cómo se analiza el ADN de bacterias con técnicas como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), que permite obtener un gran número de copias de un fragmento de ADN para realizar pruebas.

"Me ha gustado mucho el análisis de ADN mediante PCR", afirma Óscar Esteban, uno de los alumnos que asistió a la visita. Para él, lo más interesante ha sido descubrir la posibilidad de trabajar en un centro cómo el Irnasa gracias a su formación. "Siempre he querido hacer algo orientado a los laboratorios y nos han comentado cosas muy interesantes", aseguró el estudiante zamorano en las declaraciones realizadas a la agencia Dicyt.

El mejor ejemplo lo tiene en Zuleica García, que estudió el mismo módulo, aunque entonces se llamaba Laboratorio y Diagnóstico Clínic, en el mismo centro educativo zamorano y que después se incorporó a uno de los grupos de investigación del Irnasa gracias al Sistema de Garantía Juvenil. "Cuando estás estudiando parece que no tienes expectativas, sobre todo en el campo de la ciencia, que está muy cerrado en España", reconoce. Sin embargo, su caso demuestra que es posible.

Como ayudante en un laboratorio de microbiología se encarga de diversos procesos, como electroforesis, hibridación, secuenciación de ADN y "todo lo que tiene que ver con el campo de las bacterias no patógenas en plantas y su uso como biofertilizantes".

Aunque sus estudios estaban centrados en muestras humanas, se ha podido adaptar perfectamente al trabajo que se requiere en este centro. "Nuestra formación está muy orientada al trabajo en laboratorio, tanto en la parte de bioquímica como en la de microbiología. En realidad, cuando realizas una secuenciación de ADN, todas las pruebas son similares", afirma. Su experiencia les sirve de motivación a alumnas como Paloma Alonso.