Ana Belén de la Iglesia guarda un impresionante dossier de la enfermedad de su hija, Ana Belén Tejero, que ahora tiene cuatro años y se encuentra perfectamente, pero desde bien pequeña ha tenido que luchar contra el cáncer que amenazó seriamente su vida.

Fue el ginecólogo que llevaba el embarazo a Ana Belén el que descubrió que algo no iba bien. De inmediato la derivó al hospital Virgen de la Concha y de ahí la doctora preparó todo para llevarla a Madrid. Nadie le ocultó a la madre la gravedad del caso, "la cosa pinta fea", pero el doctor del Hospital 12 de Octubre se empeñó en sacar adelante a la criatura: "Esta niña nace si o sí". Los doctores estuvieron varias semanas extrayendo líquidos que el feto no podía expulsar, pero a las 30 semanas corría riesgo la vida de la madre y "había que sacarla".

Ana Belén era un ser diminuto con un tumor de medio kilo pegado en la rabadilla. Pasó por varias operaciones. Hubo, sobre todo al principio, momentos críticos en los que las dudas sobre la supervivencia de la paciente eran tan grandes que el porcentaje de posibilidades de que saliera con éxito no llegaban al 30%. Pero todo se fue superando y hoy, cuatro años y ocho operaciones después, Ana Belén pasa con nota las revisiones semestrales sin que haya rastro de nada anormal en los marcadores tumorales.

Es una niña feliz, aunque su madre advierte que no puede llevar una vida completamente normal, debido a las complicaciones en el sistema urinario, que aún tienen que mejorar con el paso de los años y nuevas intervenciones. La enfermedad le ha dejado también otras secuelas y tiene que viajar a Madrid con frecuencia para hacerse las revisiones y comprobar que todo funciona correctamente. Lo importante es que el cáncer parece, de momento, superado.

Ana Belén tiene mucho trato con otros niños enfermos de cáncer ya que "coincidimos en la planta del 12 de Octubre de casi toda España. La Asociación contra el Cáncer me ayuda mucho, porque me facilitan quedarse con ella para que me vaya a duchar, comida, una cama en lugar del sillón, realizan actividades, la verdad es que muy bien".

En fin que Ana Belén, madre e hija, han pasado por un auténtico calvario, un recorrido que ha merecido la pena en cuanto uno ve a la niña tan movida y plena de vida. El de esta niña que reside con su familia en Morales del Vino es solo uno de los casos de cáncer infantil que se diagnostican cada año en Zamora. El último año del que se tienen datos, 2105, fueron 14 los casos contabilizados en Zamora, aunque la mayoría se tratan en unidades especializadas de fuera de la provincia.

La Consejería de Sanidad informa que el cáncer infantil "presenta una incidencia baja. Sin embargo constituye la segunda causa de muerte en menores de 15 años (la primera entre los 5 y los 9 años). Produce una importante carga de enfermedad por el elevado número de años perdidos por muerte prematura y por la discapacidad que origina. Los tumores infantiles presentan diferencias sustanciales con los del adulto en muchos aspectos, desde los patrones histológicos, el lugar anatómico en el que se desarrollan o los aspectos epidemiológicos, clínicos, terapéuticos y pronósticos".

La baja frecuencia del cáncer infantil y las características diferenciales de este tipo de neoplasias respecto del adulto, "justifican promover un mayor conocimiento del mismo mediante la puesta en marcha de un sistema de información específico que permita la identificación de los tumores por procedimientos de búsqueda activa en los centros de la red sanitaria de la Comunidad Autónoma y que, de manera complementaria al Registro Poblacional de Cáncer contemple la recogida de información sobre la evolución clínica de los casos de tumores infantiles incluidos".

Según un estudio realizado por la Consejería de Sanidad con los casos detectados en Castilla y León en el periodo 2010-2013, los tumores malignos infantiles más frecuentes fueron las leucemias (27,7%) seguidas de los tumores del sistema nervioso central (18,8%) y los linfomas (14,7%). La tasa de incidencia anual de cáncer infantil fue de 156,4 casos por millón de niños, similar a la estimada para España por el Registro Español de Tumores Infantiles. Se registró el fallecimiento en un total de 47 casos (21,9%) de los notificados, principalmente por tumores del sistema nervioso central (22 casos), seguido por las leucemias (13 casos).

De acuerdo con los datos nacionales de la Asociación contra el Cáncer existe una predominancia masculina en la incidencia del cáncer infantil con un 57% de casos registrados en niños y 43% en niñas. La supervivencia de niños diagnosticados con cáncer a los de 5 años es del 75%. Se ha observado un aumento del 43% en la supervivencia de pacientes diagnosticados desde el 1980 hasta 2006 y una disminución del riesgo de muerte a los 5 años siguientes al diagnóstico del 50%. La distribución de los pacientes es la siguiente: el 11.4% de 0 a 1 año de edad; el 35.7% de 1 a 4 años; el 28.5% de 5 a 9 años; y el 24.1% de 10 a14 años.

Aunque en Zamora no hay unidad de oncología pediátrica normalmente son los doctores de la provincia los que detectan los casos y los derivan a las unidades de referencia. También la Asociación Española Contra el Cáncer de Zamora da un servicio de atención psicológica a familiares, atención social, y facilita el acceso a los pisos de acogida o residencia de niños oncológicos en otras provincias donde son derivados para su tratamiento. También ofrece plazas en los campamentos de verano del Valle de Arán para estos niños pacientes oncológicos.