La enemistad venía de lejos y ya había conducido a dos matrimonios vecinos de Morales del Vino al Juzgado en varias ocasiones. La última, por la costumbre del hijo de una de las parejas de escuchar la música a un volumen excesivo para los vecinos del chalé contiguo, otra pareja. La denuncia terminó el 11 de dicienbre de 2015 en una condena por coacciones hacia los padres del menor, con una multa de 360 euros y el pago de 300 euros por el daño moral causado.

Las disputas se sucedieron, con denuncias mutuas: contra los padres del menor por coacciones con sentencia condenatoria que la Audiencia Provincial revocó; y de estos contra sus vecinos por las heridas infringidas archivada por el juez al no poderse demostrar quién cortó en un lomo al caballo.

El enfrentamiento llegó a las manos el 28 de agosto de 2016, cuando la madre del menor terminó en el suelo, donde recibió patadas de sus vecinos, con el móvil, las gafas y el vestido rotos, lo que ha valido la condena a abonar 360 euros tanto al hombre como a su esposa, así como a pagar 400 euros por los daños y 549 por los daños materiales, en total 2.389 euros. Por el delito de coacciones leves, tendrán que abonar cada uno de los condenados otros 360 euros y no podrán aproximarse al hijo menor de sus vecinos "a menos de cien metros en cualquier lugar en que se encuentre" el niño, a quien la juez admite que intimidaban cuando le veían a solas.

Los delitos enjuiciados se produjeron cuando la fachada de su chalé había amaneció con huevos estampados, motivo por el que se desencadenó una discusión entre los protagonistas de esta historia de riñas. La Guardia Civil, según los hechos probados recogidos en una nueva sentencia judicial, tuvo que intervenir para evitar males mayores. Sin embargo, cuando los agentes abandonaron la urbanización de Morales del Vino la calma volvió a convertirse en una auténtica tempestad que terminaría en la agresión física a la madre del menor de edad.

La mujer salió de su casa para coger al perro que se acababa de escapar, momento que aprovecharon sus dos vecinos para "abalanzarse sobre ella, agarrándole por el vestido", que le rasgaron, "y el cuello", acto con el que lograron tirarla al suelo, lo que motivó que se le rompieran las gafas y el teléfono móvil. Cuando intentó levantarse, recibió "una patada en la espalda". La mujer tardó, según indica la juez, "ocho días en curarse de las lesiones".

Alejamiento del menor

La magistrada también considera probado que uno de los dos condenados por esa agresión "intimida con la mirada y con gestos al hijo menor" de la mujer herida leve en la última discusión, y lo hace cuando el niño "va solo", al tiempo que la esposa de este "le insulta" también cuando el pequeño está solo, "lo que ha motivado que no quiera salir de casa, alterando su modo de vida", agrega la sentencia judicial.