La crisis económica, la bajada generalizada de salarios y pérdida de poder adquisitivo y, sobre todo, la incertidumbre sobre el futuro, han traído consigo un cambio drástico en la forma en la que los zamoranos manejan su dinero. Los datos de coyuntura que maneja la Junta de Castilla y León así lo atestiguan.

Primero, y más importante porque de ello depende la apertura o reformas de nuevos negocios y muchas inversiones, hay que analizar lo sucedido con la concesión de créditos. Por lo que refiere a la provincia de Zamora, la financiación todavía no fluye. A fecha del cierre del año pasado los zamoranos debían 2.346 millones de euros a las entidades financieras. Puede parecer una cifra muy elevada (de hecho, si se hace la media, cada zamorano debería unos 13.000 euros a las entidades financieras), pero no es tan alta cuando se la compara con los datos de hace solo unos años. En el ejercicio 2010, ya con la crisis dejando sentir sus efectos y con los bancos cerrando el grifo crediticio, los zamoranos debían 3.648 millones a las entidades financieras, 1.300 más que ahora, aunque es cierto que buena parte de esa deuda se derivaba de los años de expansión económica. Ahora no solo los bancos son más reticentes a la hora de conceder préstamos, sino que además los concedidos antes de la crisis se empiezan a amortizar. En los últimos siete años el montante de créditos en la provincia de Zamora no ha hecho otra cosa que descender en lo que respecta al sector privado.

En el sector público tampoco pueden compararse los 98 millones en créditos del año 2010 con los 44 que las entidades públicas deben ahora al sistema financiero. Eso sí, al contrario de lo que sucede en el sector privado, las instituciones sí han vivido repuntes en la financiación durante los últimos años, como los 111 millones de 2012.

Otra de las consecuencias que ha tenido la crisis en la forma de manejar la economía de los zamoranos es que, como norma general, los clientes bancarios son ahora mucho más conservadores que hace unos años.

La cantidad depositada en las entidades financieras no ha hecho más que crecer en los últimos años, lo que evidencia una prevalencia del ahorro frente al consumo, algo que no deja de resultar negativo para la economía. Los zamoranos tienen en sus cuentas bancarias 4.595 millones de euros a fecha de finales del año pasado. Son prácticamente trescientos millones de euros más que a finales del año 2010, algo que indica que, siempre hablando en términos medios, se ha seguido ingresando dinero. La tendencia es alcista, lo que evidencia que el consumo ha sufrido durante los últimos años. De hecho, la subida registrada entre los años 2015 y 2016 es la más pequeña de la serie, lo que también viene a indicar una cierta recuperación del gasto.

Los depósitos a la vista, por su parte, han aumentado considerablemente. Esta opción, que permite que los clientes bancarios puedan disponer de su dinero inmediatamente frente a otras opciones de inversión, ha ganado adeptos desde 2010. Ahora los zamoranos tienen 721 millones de euros a la vista, a la espera de que se pueda disponer de ellos sin tiempo de espera. La cifra casi se ha duplicado desde los 442 millones de hace siete años, cuando la confianza en el futuro era mayor y por tanto no se antojaba tan necesario disponer de liquidez de forma inmediata.

Han aumentado también los depósitos de ahorro hasta el punto de que ahora suponen un montante superior a los 2.000 millones de euros en la provincia de Zamora. La explicación es la misma, ahorro ante la desconfianza en que el futuro pueda traer mejores sensaciones para acometer ciertos gastos. Estos depósitos han aumentado un 25% desde el año 2010.

Mientras, los grandes perdedores de los últimos años han sido los depósitos a plazo. Estas opciones de inversión, que inmovilizan el dinero a cambio de ofrecer un determinado tipo de interés a los usuarios, son ahora menos populares que nunca en la provincia de Zamora. Los consumidores bancarios no se fían y prefieren tener el dinero disponible antes que inmovilizarlo durante un tiempo determinado, aunque a costa de esta decisión se pierda dinero. Sin duda a esto afectan los bajos tipos de interés actuales, que no fomentan la inversión a plazo. La cantidad que los zamoranos tienen en este tipo de cuentas asciende a 1.800 millones, quinientos menos que hace siete años.