Santa Águeda es una de las imágenes más veneradas por las zamoranas y este fin de semana recorrió las calles de dos barrios de la capital. Si el sábado era protagonista de San José Obrero, ayer era el turno de las águedas de San Lázaro, quienes recorrieron las principales calles del barrio con la talla de la santa de Catania en compañía de los inseparables flauta y tamboril, que marcaban el ritmo de la procesión, que cada año se convierte en todo un acontecimiento no solo religioso, sino también festivo, que comparten todos los vecinos del barrio como homenaje a esta mártir del siglo III.

Los preparativos habían comenzado el sábado por la tarde, cuando un grupo de mujeres de la asociación se afanaba en adornar las andas de la imagen en la iglesia del barrio. Dejaban así todo listo para la celebración de la eucaristía, que tuvo lugar ayer por la mañana en la iglesia de San Lázaro, mientras que la tarde estuvo dedicada a la procesión.

Otra de las tradiciones de las águedas de San Lázaro es pedir la denominada "miaja", actividad a la que se dedicaron tanto el viernes como el sábado, por distintos establecimientos de la ciudad ataviadas con los trajes tradicionales, unas vestimentas que no llevan curiosamente durante la procesión, salvo la presencia de un grupo de niñas que sí desfilaron con estos trajes por el barrio.