Un impulso firme y decidido por el sector agroalimentario es la única solución viable para afrontar con un mínimo de garantías el problema de la despoblación. Los agentes políticos, económicos y sociales han reaccionado con resignación y preocupación, a partes iguales, al último informe de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) en el que se alerta de que nueve de cada diez pueblos están condenados a la desaparición. ¿La resignación? Porque el estudio no aporta nada que no esté más que trillado en la cabeza de todos los zamoranos: la provincia marcha a pasos agigantados hacia su declive. ¿La preocupación? Porque siempre que sale a la palestra esta problemática se aporta la misma solución que nunca llega: hay que mirar más al campo.

Mayte Martín Pozo, presidenta de la Diputación Provincial de Zamora, no ha recibido con buenos ojos el informe de la FEMP. "El éxodo rural lleva produciéndose ya mucho tiempo, no es nada nuevo. Creo que ha llegado el momento de hacer menos informes de un problema ya conocido y trabajar de manera decidida en favor del medio rural", explica. En este sentido, asegura la presidenta que la Diputación trata de paliar la situación día tras día. "Nosotros trabajamos en lo que entendemos que debe ser nuestra función: dotar de servicios a los pueblos y facilitar la creación de empleo en el medio rural", apunta.

La Diputación Provincial teme que este tipo de estudios supongan un lastre para la vida en el medio rural y quienes tienen interés en asentarse en los pueblos. "La despoblación es un problema que debemos atajar entre todos y no hacer demagogia con él. Es necesario hacer mucha pedagogía para que no se demonice la vida en el medio rural", analiza Martín Pozo. "Hay que ser positivo; con argumentos pesimistas nadie suma y no se pone solución al fenómeno de la despoblación. Lo que hay que hacer es estar siempre del lado de los vecinos que viven en nuestros pueblos, de sus problemas y de sus necesidades, para buscar soluciones que les permitan vivir en ellos", añade.

El empleo es la base sobre la que los agentes sustentan sus apuestas de futuro para los pueblos. El presidente de la Cámara de Comercio, Manuel Vidal, dirige su mirada hacia ese anhelado impulso de la industria en la provincia. "La única política válida contra la despoblación es la creación de empresas. Pero no en los grandes núcleos de la provincia, sino en los pequeños pueblos. Hablamos de ese sector agroalimentario que hay que apoyar e impulsar. Es algo que va subiendo y funcionando poco a poco, aunque va a resultar muy difícil sin la colaboración del Estado y de la Junta", expresa.

José María Esbec, presidente de CEOE-Cepyme, sigue la estela de Vidal. "El cáncer de Zamora siempre ha sido la desprotección del campo. Tenemos los mejores mimbres para instalar industrias agroganaderas: vino, queso, lechazo, pan... Pero lo que nos falta es el binomio formación-información, es decir, explicarle a la gente cómo se puede posicionar para regresar al campo con garantías. Zamora es una bomba, pero está desaprovechada", indica.

Para los sindicatos, por último, empleo y servicios van de la mano. "Debemos potenciar los recursos del campo, pero a la vez darle a la gente lo necesario para vivir: un colegio, un centro sanitario, incluso una sucursal bancaria en su pueblo. Si esto no va unido, la gente no puede quedarse en Zamora", comenta