"El Alvia 4064 de Ferrol a Madrid Chamartín circula por A Gudiña con 298 minutos de retraso". El aviso lo hacía Renfe hacia las dos y media de la tarde y vaticinaba que el tren pasaría por Zamora con unas cinco horas de retraso. Es solo un ejemplo de la complicada jornada que se vivió en la estación de Zamora, sobre todo los pasajeros con destino a Madrid, debido a la adversa climatología, el temporal de lluvia y viento que azotó Galicia y dejó muy tocadas sus conexiones ferroviarias. Aunque los problemas se produjeron en la red gallega, los efectos se dejaron sentir, en forma de retrasos, en los trenes de la estación de Zamora.

Renfe se vio obligada a establecer planes alternativos de transporte en algunos servicios y para ello contrató a 20 autobuses y 16 taxis. Algunos de estos taxis correspondieron a la provincia de Zamora. Según informaron usuarios a este periódico, los pasajeros del tren de las 11.30 a Madrid fueron trasladados en taxi hasta Valladolid, con el fin de que tomaran allí el ferrocarril a la capital de España.

Los viajeros que tenían billete para las 13,30 horas recibían información de que el convoy se retrasaba tres horas, con lo que los pasajeros tuvieron que esperar pacientemente, irse a casa para volver luego o agenciarse otro medio de transporte, como el autobús, para llegar a la capital de España. La existencia de casos excepcionales, a los que el gran retraso del tren podía causar un daño irreparable, hizo que Renfe fuera sensible con estos viajeros y puso a su disposición un taxi. Por ejemplo había una pareja que debía enlazar el tren con un avión y luego un crucero.

Las incidencias meteorológicas, que obligaban a los trenes a circular con mucha precaución, hacían que el personal de la estación de Zamora tampoco supiera a ciencia cierta a qué hora iban a pasar los trenes. De hecho en Galicia algunos trayectos se hacían en autobús, como el del tren que llegó de Zamora a Orense y que trasladó en autocar a los viajeros con destino a Lugo.

Los desprendimientos de catenaria y la caída de árboles afectaron a la línea entre Ourense y Monforte, problema que se logró resolver, aunque por la tarde todavía estaba cortado el trayecto entre Ourense y Vigo. También se interrumpió el servicio entre Betanzos y Lugo. En el resto de las líneas ferroviarias de Galicia los trenes circulaban con retraso, ya que tenían que reducir la velocidad por motivos de seguridad, y en algunos casos realizándose transbordos por carretera debido a las consecuencias que estaba causando el temporal en la infraestructura.