Fue un recorrido más corto, porque las nubes amenazaron lluvia durante toda la tarde, pero las águedas de San José Obrero cumplieron con la tradición anual de sacar en andas a la santa, que permanece durante todo el año en una capilla de la parroquia del barrio, para recorrer las calles de San José Obrero acompañadas por la música tradicional y los vecinos de esta zona de la capital, que honraron así a la santa.

Minutos antes del recorrido, las 65 mujeres que conforman este colectivo pidieron permiso al párroco llamando a la puerta de la iglesia para poder recoger a Santa Águeda, talla obra de José Ángel Domínguez, que la creó en 2012, y honrarla con sus bailes tradicionales a la entrada de la parroquia antes de iniciar la procesión.

Tras el recorrido, comenzó la eucaristía zamorana, una original celebración que está trufada de cánticos tradicionales de la provincia, transformados por la creatividad de una de las águedas de este grupo, Eva Velasco, en melodías adaptadas a la celebración religiosa que aportan singularidad a la misa.

Todos los que acudieron a participar de la procesión primero y de la eucaristía después fueron invitados por las seis mayordomas -que cada año se eligen por riguroso orden de lista- que este año se encargaban de la fiesta, que para las miembros del colectivo femenino había comenzado con una comida de hermandad.

De esta manera, el local parroquial de San José Obrero se convirtió en lugar de convivencia con la tradicional invitación a pastas y vino. Tras los brindis y los bailes, las águedas "echaron" a todos los invitados para continuar con su celebración más íntima, que finalizó con una cena para todas las mujeres donde continuaron los cánticos y a la que también invitaron las mayordomas de este año.