La Audiencia Provincial celebra desde hoy el juicio contra cinco imputados por el robo de 56 galgos valorados entre 193.525 euros y por los daños causados en las propiedades de los dueños de los perros, por lo que la Fiscalía exige 23 años de cárcel en total. Están acusados de pertenecer a una banda organizada que operaba en todo el territorio nacional. Nada menos que 30 de los 56 galgos sustraídos eran de criadores zamoranos.

El Ministerio Público acusa a las cinco personas que se sentarán en el banquillo de los acusados de los delitos de robo continuado con fuerza en las cosas, ocurridos desde junio de 2006 hasta septiembre de 2009, y de pertenencia a una organización criminal, infracción esta última de la que solo se libra uno de los procesados.

La Federación Española de Galgos y la Asociación de Criadores del Galgo Español de Castilla y León, que ejercen la acusación particular en la causa, solicitan las mismas penas de prisión que la fiscal, así como una indemnización de 25.000 euros por los gastos derivados de la acogida en situación de custodia de los 56 perros, el transporte, estancia, manutención y reconocimientos veterinarios. Los galgos sustraídos más caros costaban en el mercado 20.000 euros, como el que se llevaron de un corral de Coreses situado en el Pago de la Gavia del Cepo del Corral, mientras que los animales más baratos tenían un precio de 750 euros. La investigación judicial parte de la operación Clavijo que desarticuló la banda, que operaba en Zamora, Valladolid, Palencia, Ávila, Toledo y Madrid, que concluye con el juicio que se celebrará en breve en la Audiencia Provincial de Zamora.

La Guardia Civil, que llevó a cabo la investigación, consiguió en octubre de 2008, tras intervenir teléfonos de algunos de los procesados, desarticular dos redes de robo de galgos en Zamora y en Cuenca. La banda tenía personal que vigilaba en los certámenes de competiciones a los animales para después localizarlos en los lugares de procedencia y sustraerlos.