El Juzgado acaba de recibir las diligencias abiertas por la Guardia Civil para esclarecer las circunstancias en las que se produjo la intoxicación alimentaria por salmonelosis que afectó a casi una veintena de ancianos en la residencia de Fermoselle Conchita Regojo el 22 de diciembre de 2016 y que provocó la muerte a una de las afectadas, de 96 años de edad. El delegado de Cáritas, Antonio Jesús Martín, entidad que gestiona la residencia, indicó en su día que la mujer padecía "muchas patologías" y expresó su pesar y condolencias a los familiares.

El juez deberá ahora determinar, especialmente al haberse producido el fallecimiento de una de las ancianas, si existe algún tipo de responsabilidad penal en la actuación de la residencia, en lo que se refiere a la manipulación de alimentos, que pudiera haber provocado la intoxicación de varios de su internos, lo que supondría una posible negligencia o podría ser una imprudencia.

Las investigaciones judiciales, en las que participará la Fiscalía Provincial, podrían concluir en que únicamente existe otro tipo de responsabilidad, civil o administrativa. En el primero de los casos, los familiares podrían acudir al juzgado para exigir indemnizaciones por los daños causados a los ancianos que sufrieron la salmonelosis y permanecieron varios días ingresados en el Hospital Virgen de la Concha, donde acudieron de urgencia tras detectarse la indisposición.

Si la infracción fuera administrativa, será la Junta de Castilla y León la que tenga que determinar qué sanción debe imponerse a Cáritas, como responsable última del centro de la Tercera Edad. La Junta ya ha intervenido a través del Servicio de Sanidad que realizó una exhaustiva inspección en la residencia y recogió muestras de la comida que tomaron los ancianos horas antes de la intoxicación para su análisis. El uno de enero Cáritas daba a conocer el resultado del estudio de las muestras de alimentos recogidas -los centros están obligados a guardar y conservar durante varios días porciones de los diferentes productos servidos en las comidas y cenas-, que apuntaba la salmonela como origen de la intoxicación, si bien continuaba sin saberse qué alimento estaba contaminado. Finalmente, Cáritas informó de que fueron nueve las personas que dieron positivo en pruebas médicas por salmonella. No se ha vuelto a concretar si ese análisis ha dado sus frutos.

La residencia de mayores Conchita Regojo de Fermoselle, que tiene 129 plazas, algunas concertadas con la Junta de Castilla y León, actuó con rapidez al detectar los primeros síntomas de intoxicación el jueves, 22 de diciembre de 2016, y el viernes comunicó la incidencia a Sanidad, que aconsejó "que aquellas personas con síntomas fueran aisladas porque no se sabía la causa, y las que tuvieran fiebre alta derivadas al complejo hospitalario", explicó en su día el responsable de la ONG.

Sanidad se encargó de llevar a cabo análisis y cultivos de los alimentos para tratar de definir el origen del brote, que enseguida se supo que fue de origen alimentario y no vírico. La residencia Conchita Regojo dispone de un médico y enfermera para atender a los ancianos todos los días, mientras que los fines de semana cuenta con una enfermera.

El juez deberá estudiar los informes de Sanidad, así como los emitidos por la Guardia Civil durante la investigación que abrió de oficio, al producirse ingresos en el Hospital de los 18 ancianos, de los que finalmente solo 9 estaban intoxicados.

Decidirá, asimismo, si es preciso escuchar a los responsables de la residencia y a quienes hayan intervenido en la investigación de las causas del brote, ya que podría determinar el archivo de la causa penal si la documentación facilitada le permite concluir que no hay ninguna imprudencia leve o grave en el caso, ni ninguna otra infracción que requiera la actuación de la justicia.

La intoxicación causó cierta alarma entre los familiares de los ancianos que tuvieron que ser trasladados al Virgen de la Concha para su tratamiento médico durante varios días, según recogía este diario en las sucesivas informaciones.