El sentido del humor, las ganas de disfrutar de la amistad y el burro Bolinche son las tres señas de identidad que mejor definen a la cofradía del Cencerro de Zamora. Aunque "aquí todos somos iguales", el veterano Ángel Centeno es el que lleva con orgullo el cargo de "burro mayor". Hoy es su día y, como cada año, pasearán por las calles de la ciudad con su burro, sus roscas y sus trajes de antiguos tratantes de ganado para rememorar tiempos pasados y honrar a San Antón.

-¿De dónde viene la tradición del cencerro?

-Se remonta a 1962 y tiene las raíces en mi abuelo. Cuando llegaba San Antón, él siempre reunía en su taller de carpintería a sus amigos y les invitaba a la sanantonada tradicional. En aquella época era costumbre felicitar a los amigos con tarjetas postales para hacerles la broma al tomarles como animales. Al fallecer mi abuelo, yo quise seguir con la tradición. En aquellos años empezamos seis o siete amigos, sin embargo, el grupo se fue ampliando hasta la cifra de cuarenta personas. Ni más ni menos. Entran unos a medida que hay bajas por fallecimiento o alguna otra causa.

-Cuarenta personas. ¿Por qué este númerus clausus?

-Porque si se masifica, se pierde la esencia y el encanto. Pero para nada es porque seamos elitistas, en absoluto.

-¿Se trata de una cofradía al uso?

-Eso quiero dejarlo muy claro porque aquí no tenemos ni estatutos, ni reglamentos ni nada similar. No estamos inscritos en ningún sitio ni somos cofradía como tal, que no se ofenda nadie. Simplemente somos un grupo de amigos que queremos reunirnos y pasarlo bien juntos con motivo de San Antón y ya se ha hecho tradición. Y, sinceramente, para tomar una sanantonada juntos creo que no hace falta ser cofradía ni asociación ni nada de eso. Somos una peña. Tenemos una sede en la plaza de Alemania y allí es donde hacemos el acto de los nuevos integrantes para darle un poco de gracia y humor al asunto.

-¿Qué perfil tienen los integrantes de la peña?

-Pues... ¡tenemos de todo! Desde los 16 años de un nuevo compañero que entra este año hasta los que ya estamos metidos en los 80, como es mi caso. Hay todo tipo de profesiones e intereses y nos une las ganas de celebrar San Antón en compañía.

-¿Aceptan también a las mujeres?

-Tenemos dos de hecho, aunque por motivos excepcionales. Una de ellas es mi propia hija, para continuar la tradición cuando yo no esté, y otra es hija de un antiguo integrante ya fallecido que emigró a Alemania en los años 60 y que pertenece al grupo en representación de su padre.

-Van ataviados con un atuendo muy especial. Boina, blusón, vara... ¡Imposible pasar desapercibidos!

-La verdad que no, llamamos la atención allá donde vamos. Hoy por la tarde iremos vestidos como los antiguos tratantes de ganado, con un blusón negro que utilizaban para que no se mancharan cuando se acercaban a los animales. Así vestían también los pimenteros, pero estos últimos no tenían cuello en las vestiduras. A eso le unimos la boina, el pañuelo blanco con nuestro anagrama y una vara que usaban los tratantes para medir el ganado que iban a comprar. Para poder reproducir el patrón acudí a un señor muy conocido en Zamora al que llamaban "El Tocinero", que tenía una chacinería en la plaza del Fresco. Yo recordaba que fue de los últimos en utilizar esa prenda y en el año 1962 recurrí a él para que me la prestara y poder así calcar el diseño.

-¿Todos los integrantes son zamoranos?

-Todos menos dos. Uno que procede de Madrid, aunque tiene raíces zamoranas, y otro que tiene su historia: se trata del rector de la Universidad Católica de Santiago de Chile, que viene cada año por San Antón después de conocer nuestra tradición para participar con nosotros en la jornada porque es un fiel defensor de los animales.

-El burro de Bolinche es la seña de identidad del grupo. ¿Qué historia tiene detrás el animal?

-Tiene ya catorce años y reside todo el año en una finca en la carretera de Villaralbo. Como dicen sus vecinos, es el burro que mejor vive del mundo porque solo trabaja un día al año, el de San Antón, el resto está de descanso comiendo y durmiendo. Bolinche es nuestro segundo animal porque la primera fue una burra de nombre Paquera, como la cantaora de flamenco -en alusión a la gitana La Paquera de Jerez- . Lo compré cuando tenía dos años y desde entonces está con nosotros como buque insignia. Esta tarde lo pasearemos por las calles y llevará las roscas que repartimos entre la gente para celebrar San Antón.