En agosto del pasado año, la Concejalía de Urbanismo y Obras del Ayuntamiento de Zamora anunciaba la elaboración de un censo de solares abandonados en el casco histórico. Un documento que permitiría localizar a los propietarios de los terrenos y requerirles su limpieza en la proximidad de las épocas estivales, con el objetivo de evitar que la maleza acumulada pudiera representar un riesgo a modo de incendio y también de aparición de animales no deseados. La reivindicación es histórica por parte de los vecinos de Barrios Bajos y casco histórico, que siempre han considerado que este tipo de parcelas representan serio peligro para sus viviendas y para su calidad de vida, además de la pobre imagen que se ofrece al visitante que principalmente se mueve por estas zonas de la capital.

A día de hoy, existen solares perfectamente desbrozados, como ocurre en la calle Baños, para evitar estos posibles riesgos; aunque también hay muchos otros cuyas ramas de maleza sobrepasan la altura de los muros que los separan de la calle. Zonas como la cuesta de Pizarro o la misma calle Infantas, sin duda "pateadas" por el turismo, ofrecen a menudo imágenes que están condenadas a desaparecer si el equipo de Gobierno lleva a cabo su plan.