La Fundación Rei Afonso Henriques y la Ortega-Marañón tienden puentes para establecer sinergias comunes que vinculen ambas entidades a través de proyectos, trabajos e iniciativas transfronterizas. Tanto el representante de la Ortega-Marañón en Zamora, el historiador Miguel Ángel Mateos, como el secretario general de la FRAH, José Luis González Prada, se muestran abiertos y dispuestos a abrir cauces para trabajar de la mano. "Si ahora se pudiera de alguna manera vincular nuestra entidad a la FRAH, se ganaría mucho de cara a los proyectos europeos porque tenemos buenos padrinos en Europa, además, tanto Marañón como Ortega eran unos enamorados absolutos de la vecina Portugal, con la que estamos muy unidos", argumenta Miguel Ángel Mateos, que no duda en tildar el proyecto común como "una asignatura pendiente que yo saldaría ya mismo".

En la misma dirección, González Prada valora que "cualquier relación de cooperación siempre es fructífera y cuando se trata de una institución como la Ortega-Marañón, más aún porque la relación de esta entidad con Portugal es obvia", argumenta para defender "los elementos de encuentro que tienen ambas fundaciones".

Ante este caldo de cultivo, González Prada ha manifestado "la buena disposición" de la FRAH para establecer "cualquier tipo de convenio o protocolo". Además, pone sus ojos en 2017 como año clave para abordar esta sinergia entre ambas fundaciones "dentro de la agenda de actividades de la FRAH". Aunque puntualiza que "la decisión tendrá que pasar siempre por el patronato", ratifica también "mi convencimiento personal de que, en efecto, es una relación factible, fructífera y a explorar este año para mejorar juntos".

A pesar de que nunca ha fructificado, el vínculo entre la Ortega-Marañón y la Afonso Henriques no es nuevo. De hecho, el órgano hispanoluso fue una de las opciones bajaradas por el propio Mateos como sede para el Instituto Universitario de la entonces Fundación Ortega y Gasset para desarrollar su oferta académica principal. Mateos valora que "nuestra fundación le hubiera dado otro ritmo cultural a la FRAH, pero aquí se introdujo la política y cuando ésta se mete en la cultura... ¡apañado vamos, querido Sancho!", ironiza, sin obviar que "sobra decir que ese edificio ha quedado reducido al abandono porque nos olvidamos que cuando creamos una cosa, hay que mantenerla", plantea tras la más que reconocida crisis económica del órgano hispanoluso en Zamora, que parece sacar la cabeza de forma paulatina tras una acentuada crisis.

Los giros políticos llevaron finalmente a la Ortega-Marañón a implantar su sede en el antiguo Palacio de la Diputación Provincial, un proceso lento que ya ha dado sus primeros pasos y muy supeditado a las necesidades económicas vinculadas a la futura adecuación del edificio. La antigua sede de la institución provincial aspira a convertirse en sede de referencia de la cultura de la provincia y en centro del movimiento artístico zamorano por excelencia, pero también en sede de la Ortega y Gasset, con varias actidades ya en marcha, como la exposición "30 pioneras y Zamora", abierta hasta el 24 de este mes.

La reconversión del edificio para convertirse en sede de la Ortega-Marañón implicará un trabajo de adecuación para acondicionar la infraestructura, sobre todo, desde el punto de vista de la accesibilidad. Esta exigencia requerirá la instalación de un ascensor que permita tanto a público como a artistas acceder a las dos plantas que conforman el edificio. En este sentido, la Diputación trabaja en la adaptación del edificio de cara a su transformación, para lo que tendrá que llamar a otras puertas -de ámbito regional y estatal- para pedir fondos que permitan acometer el acondicionamiento.

La actividad de la Ortega-Marañón estará muy presente todo el año en el antiguo palacio con conferencias y nuevas exposiciones, a modo de complemento del Ramos Carrión. El reto de la Diputación es hacer el edificio accesible y transformarlo en un gran espacio con una parte institucional y otra expositiva. La planta inferior se dedicará a acoger la Fundación Ortega-Marañón. El edificio, ubicado en la calle Ramos Carrión, fue concebido en 1867 como sede de la Diputación.