Quince años llevan los zamoranos, y todos los españoles, realizando la compra en euros. Con la llegada de 2017 se han cumplido tres lustros desde que los actuales euros sustituyeron a las antiguas pesetas, con las que convivieron hasta el 28 de febrero de aquel año. El tipo de cambio indicaba que se avecinaban cambios importantes: un euro eran 166,386 pesetas; mientras las autoridades se esforzaban en "suavizar" las cuentas -seis euros son mil pesetas-.

Los primeros meses dejaron en la ciudadanía la impresión generalizada de que la vida era más cara. Los datos lo confirmaban y ahora, quince años después del cambio de moneda, puede concluirse que el coste de la vida ha aumentado un 35,3% en lo que refiere a la provincia de Zamora. Los datos del INE lo dejan claro: prácticamente todos los bienes y servicios de uso diario han aumentado de precio, salvo excepciones por lo general poco utilizadas para el uso diario.

El primer año fue quizás el más duro, con una subida del 3,7% según los datos del INE. El "redondeo" fue el principal causante, aunque no el único. Mientras, los sueldos de los trabajadores permanecían prácticamente invariables porque ahí no hubo redondeo. El tipo de cambio se aplicó a rajatabla: un euro, 166,386 pesetas.

Sin embargo, lo más ilustrativo para explicar el aumento del coste de la vida es tener en cuenta el coste, en 2001 y en la actualidad, de ciertos productos de uso cotidiano. El principal es la barra de pan. Días antes de la entrada en circulación del euro una barra de pan común podía comprarse en las panaderías de la ciudad por unas cincuenta pesetas, o lo que es lo mismo, 0,30 euros. Ahora, con la excepción de las grandes superficies, es complicado encontrarla por menos de 0,70. Su precio se ha duplicado. Otro producto de uso común es un café en un bar o cafetería. Este producto acabó el año 2001 con un precio de cien pesetas -0,60 euros-. El "redondeo" al euro no se hizo esperar mucho y, en los últimos tiempos, no son raras las cafeterías que cobran 1,1 ó 1,2 euros. Prácticamente el doble. El litro de leche no ha subido tanto, pero ha pasado de costar unas noventa pesetas a unos ochenta céntimos, 125 pesetas al cambio.

Por lo referente al ocio, un menú del día en un restaurante o bar de tipo medio venía a costar hace quince años entre 600 y 800 pesetas. Ahora en pocos sitios se puede comer por una cantidad inferior a los 10 ó 12 euros. Es, en muchos casos, más del doble. Por su parte, los diarios también han aumentado su precio, aunque menos. El último ejemplar de este periódico en el año 2001 costaba 150 pesetas. Ahora vale 1,1 euros entre semana, 183 pesetas aproximadamente. Una entrada para el cine, por su parte, venía a costar entre 600 y 650 pesetas como tarifa estándar, 3,9 euros aproximadamente. Ahora ha subido a 6,5 euros aunque en días especiales, como el del espectador, cuesta lo mismo que entonces.