Con la gaita bajo el brazo y tocando a pleno pulmón. Esta es la forma de hacer turismo que tiene la Banda de Gaites Naranco, procedente de Oviedo, que sorprendió ayer a los viandantes del casco antiguo y del centro de la ciudad con un concierto improvisado de este instrumento tradicional durante su visita a la capital zamorana. 24 de sus miembros fueron los encargados de poner una nota de color a su paseo turístico inundando las calles zamoranas con las notas de canciones típicas como la muñeira ante el asombro y agrado de los transeúntes que se detenían a su paso. «Vamos tocando la gaita allá donde vayamos, a cualquier sitio que vayamos, pero por afición, sin ninguna otra razón», explica uno de los miembros más veteranos de la banda, Fermín García, encargado de tocar el bombo. A su lado se encuentra el integrante más joven del grupo, de tan sólo 16 años, mientras que otro compañero explica que «si se calienta el pico con unos vinos siempre se toca mejor».