Si la rapidez es uno de los factores que han hecho del ferrocarril uno de los medios de transporte preferidos por los zamoranos en sus desplazamientos a Madrid, ayer no fue precisamente su mejor día, debido a que sucesivas averías de la infraestructura y las composiciones hicieron que más de medio millar de personas llegaran tarde a su destino, con demoras en torno a la hora y media e incluso superiores. Algunos viajeros pudieron concluir su trayecto en el tren mientras otros llegaron a sus destinos gallegos desde Sanabria en autobuses, si bien los operarios de Renfe y ADIF lograron apartar el material averiado y dejar expedita la vía para evitar retrasos colatelares en otros servicios, dado que el trazado es de vía única.

El primer aviso lo daba Renfe a las 9.15 horas. El tren Alvia 4344 que cubría el trayecto entre la capital gallega de Santiago de Compostela y la nacional, Madrid, se encontraba parado en el cambiador de ancho de Zamora. El cambiador es la infraestructura encargada de que los trenes Alvia que circulan por la vía procedente de Galicia, de ancho ibérico, puedan cambiar los ejes para adaptarse al ancho internacional y así poder proseguir viaje por los raíles de alta velocidad. En los trenes que marchan en sentido opuesto el cambiador hace la función inversa y amplía la anchura de los ejes para que el convoy que viene por la vía estrecha pase a la más ancha. Está situado a la entrada de la estación de Zamora, entre ésta y el túnel del Bolón.

Los técnicos lograron solucionar la avería, pero el tren, que llevaba 218 pasajeros a bordo, un nutrido grupo de ellos procedentes de la estación de Zamora capital, emprendió de nuevo la marcha con 75 minutos de retraso, es decir, hora y cuarto.

El segundo de los retrasos afectó al tren que venía en dirección contraria, el que había salido de Madrid con destino a Pontevedra. Era el Alvia 4275. Renfe informaba hacia las diez y cuarto de la mañana que traía retraso de 80 minutos. Finalmente fue aún mayor y los viajeros llegaron a su destino con 91 minutos de demora, es decir, una hora y media. El cambiador de ancho de la capital fue de nuevo el culpable del retraso, si bien las fuentes de Renfe no aclararon con mayor precisión el origen del problema.

Estos retrasos, sobre todo el primero, provocó nervios y mucho disgusto entre los pasajeros zamoranos que llegaron tarde a su destino, sobre todo los que estaban pendientes de enlaces con aviones u otros transportes.