Si el objetivo a corto plazo del Ayuntamiento de Zamora es liberar los 300 metros de muralla ocultos tras los edificios situados en la avenida de la Feria, el futuro pasa por una rehabilitación integral de la fortificación con el objetivo último de evitar desprendimientos. La administración dirigida por Francisco Guarido buscará formalizar en los meses sucesivos un convenio con el Estado para la limpieza e intervención -en los sectores que así lo necesiten- de este elemento declarado Bien de Interés Cultural. Un proyecto a medio plazo que requiere de un inicio de contactos con el Ministerio de Cultura, propietario del inmueble, para poder comenzar a trabajar en proyectos concretos sobre el terreno.

El mal estado de conservación de la muralla de Zamora en diferentes tramos de los tres recintos ha hecho saltar las alarmas del Consistorio, que buscará en los próximos meses un acercamiento con el Ministerio de Cultura para "rascar" un compromiso de rehabilitación. En la Casa de las Panaderas son conscientes de que, si no se interviene de manera integral en la fortificación medieval, ésta "se puede caer entera de aquí a veinte años". De hecho, ya han advertido paños que pueden sufrir el mismo destino que el tramo desprendido en 2008 en Trascastillo. Algo que no están dispuestos a tolerar.

El principal problema al que se enfrenta el Ayuntamiento de Zamora es que la titularidad de las murallas no es municipal, sino estatal. Por eso, aunque existiera dinero, un proyecto sobre el que trabajar e incluso la autorización de Patrimonio, no se podría tocar ni uno solo de los sillares hasta contar con el pertinente visto bueno del Ministerio de Cultura, según indican desde Alcaldía. Es esta premisa la que urge al Consistorio de la capital a llegar a "un primer acuerdo" con el Gobierno. Una vez esto se cumpla, arrancaría la redacción de un proyecto de rehabilitación en la bajada de San Pablo, Ronda del Degolladero y Puerta Nueva.

La idea de comenzar por esta zona surge de un acuerdo alcanzado entre el equipo de Gobierno y los concejales de Ciudadanos y no adscritos, quienes han advertido de la situación en esta parte del recinto amurallado. Existen unas hiedras recubriendo la fortificación que poco a poco van erosionando la roca y cuya retirada se antoja necesaria. "Se trata de unas plantas que deberíamos quitar urgentemente porque se comen la piedra", explican desde el Ayuntamiento de Zamora.

Una vez rehabilitado este tramo de la zona de Puerta Nueva, el objetivo del equipo de Gobierno es continuar por diferentes zonas de la fortificación donde la necesidad sea más acuciante. Un proceso que se llevaría a cabo en un horizonte a medio plazo y siempre en función de la disponibilidad presupuestaria. Un extremo que, opinan desde el Consistorio, debería corresponder en primer término al Estado, al ser el propietario y tener la obligación de mantener la muralla en condiciones