El escritor Juan Luis Calbarro presentó ayer su último libro en la Biblioteca Pública del Estado acompañado de .

-¿Cómo nace "Caducidad del signo: poesía reunida (1994-2016)"

-La editora regional de Extremadura se puso en contacto conmigo porque conocían mi obra. Su nuevo director me brindó varias opciones o bien publicar un nuevo poemario o bien realizar un libro tipo antología o poesía reunida. Finalmente decidimos entre todos que la poesía reunida era lo más adecuado para este momento de mi carrera. Hemos recogido todo lo que se había publicado y hecho una selección. A mayores textos que se habían publicado sueltos y un libro inédito "Breviario de Fuerteventura", del que solo había salido alguna cosita suelta.

-En la criba realizada ¿ha sido duro con usted mismo, han quedado muchas cosas en el tiempo?

-Han quedado algunas cosas. En algunos libros, sobre todo del inicio, han quedado fuera cosas porque yo ya no me sentía tan identificado con aquello que escribí en su momento y creí que no merecía la pena volver a publicarlo por cuestión de calidad o de oportunidad. También ha habido algún trabajo de reordenación, así ha habido algunos poemas que han salido de un libro y han entrado en otro? ha sido una revisión completa y global de lo que había hecho hasta ahora y el resultado es fruto del momento actual, de cómo veo yo lo que he escrito y cómo quiero yo presentarlo al público.

-¿Cómo ve ahora usted su hacer?

-Creo haber alcanzado cierto grado de madurez, al menos crítica sobre mi propia poesía y a la de los demás. En estos momentos creo que mi trabajo se centra en la identidad individual de hombre. Somos lo que recordamos y somos aquello de lo que somos conscientes y esto inspira toda la colección de poemas. Todo eso se refleja en el lenguaje y ahora hablo de caducidad del signo, porque no deja de ser algo que está sujeto a la percepción de cada momento y muy sujeto a que nosotros lo vivamos.

-Usted es escritor pero también editor. ¿En qué momento situaría la poética en España?

-Tengo la suerte de tener una editorial muy pequeña que no se rige por criterios comerciales. Conmigo se ponen en contacto poetas de todo tipo, desde los que han publicado en grandes editorial e incluso que no. Hay voces nuevas que no forman parte de ninguna corriente conocida en boga o no en boga. Hay poetas al margen del circuito y llenos de ideas que aportar. Es complicado descubrirlos pero hay editoriales, no más conocidas, que sí trabajabamos con poetas al margen de lo mercantil, basándose en la calidad de lo que dicen. Tenemos la idea de que vivimos malos tiempos para la lírica pero nunca han sido buenos. Cuando estudiamos en el instituto a Góngora y Quevedo nos decían que tenían gran éxito y muchos lectores, pero eso nunca fue así. Siempre habrá gente interesada en que la palabra nos diga algo más que lo evidente, que nos enseñe caminos distintos a los trillados todos los días y lejos del lenguaje dominante.