¿Qué ocurre si rodeamos un instrumento tradicional de toda una banda de música? El intérprete y profesor Luis Antonio Pedraza (Girona, 1983) es el impulsor de este rompedor género que ha dado en llamar "folk sinfónico". Podría decirse que este músico, vinculado a la cultura zamorana desde niño, está de moda. Por eso, no hay mejor candidato para inaugurar el espacio digital "Dale volumen". Cada semana, Pedraza compartirá con los usuarios de la web de LA OPINIÓN-EL CORREO un vídeo en el que interpretará temas, sonidos e instrumentos clave de la provincia. El estreno, este viernes.

-¿Qué ha pasado en el último año para que haya multiplicado su presencia en conciertos y colaboraciones?

-Hace un año presenté en el Teatro Principal mi segundo trabajo "Rebanbalancha" junto con la Banda de Zamora. El título, una palabra nuestra, significa algo así como "aglomeración de mucha gente en torno a un acto festivo". Llevándolo al lenguaje de la música, lo que quise con este trabajo es llevar toda una banda de música en torno a un instrumento tradicional.

-Y esa original propuesta le ha hecho a usted popular?

-Sí, una idea que surgió porque yo procedo de los dos mundos: banda de música e instrumento tradicional. Por un lado, he desarrollado una formación más reglada, he pertenecido a la Banda de Zamora y después a Maestro Nacor. Por otro, he llevado un estudio vinculado a la tradición oral a través de la Escuela de Folclore de Zamora, donde actualmente soy profesor. Estas dos vertientes han caminado de forma paralela, pero nunca llegaron a cruzarse. Siempre tuve la necesidad de establecer un puente entre estos dos géneros que no son tan distintos. Compositores zamoranos como David Rivas o Miguel Mateos han conseguido crear un repertorio pionero con un lenguaje común.

-¿Cómo ha sido la respuesta de la gente al escuchar esta mezcla tan singular?

-A lo largo de treinta actuaciones y colaboraciones con diez bandas de música en toda Castilla y León, después de mil discos vendidos, la respuesta del público ha sido increíble. Nunca pensé que este género que ha nacido -que puedes llamarlo "folk sinfónico"- fuera a tener una respuesta tan sorprendente, tanto en los pueblos como en las ciudades. Valladolid, León o Salamanca se están contagiando ya de este estilo. Fuera de Zamora creen que se trata de una manera muy creativa de unir bandas e instrumentos tradicionales.

-Seguro que a raíz de esta experiencia se le están ocurriendo nuevas "revoluciones", ¿es así?

-Estoy empezando a preparar mi tercer disco en el que coinciden varias casualidades: 33 años, tercer disco e instrumento de tres agujeros. La idea es intentar seguir en esta línea, innovando, sacando los instrumentos tradicionales de su contexto natural temporalmente. Apostaré por la fusión con otros géneros sin perder la esencia original.

-El pasado Domingo de Ramos, la interpretación de Suite Sayaguesa tras el acto del Encuentro en la Resurrección causó una grata impresión, ¿cómo se gestó la actuación?

-En el Festival Hispanoluso, la Banda de Zamora rompe la dinámica del repertorio propio para estas formaciones y arriesga al interpretar Suite Sayaguesa de David Rivas. Son seis movimientos dedicados a la flauta de tres ojos y tamboril. A partir de esa transgresión, surgió la posibilidad de repetir la experiencia en dos celebraciones muy importantes: el Día de la Provincia y la Semana Santa. La Resurrección nos llama para adaptar la obra al desfile procesional y nos decantamos por la Alborada, musicalmente la más adecuada para este momento y romper su carácter solemne. Si alguien dudó de que hubiera margen de innovación en la Semana Santa de Zamora, se equivocaba. El próximo año, repetiremos.

-¿Qué instrumentos ha seleccionado para mostrarlos a los usuarios de www.laopiniondezamora.es?

-La intención es mostrar tres familias de instrumentos que no tienen tanta visibilidad como los habituales. En primer lugar, la cuerda, con el salterio desde la importancia de su origen medieval. No hay que olvidar que muchos templos, como la propia Colegiata, muestran este instrumento esculpido. Tiene un sonido que envuelve y crea una atmósfera musical agradable al oído del feligrés. Luego está la familia del viento, representada por la flauta de tres agujeros de la comarca de Sayago, norte de Benavente y Tierra del Vino. Por último, la gran familia de la percusión, que se divide en membranófonos, con la pandereta y el tamboril, y los idiófonos, como las cucharas.

-¿Asistimos al renacimiento de la música tradicional?

-En Zamora contamos con una gran red de escuelas de folclore, en su día promovidas por la Diputación y el Consorcio de Fomento Musical. En las últimas tres décadas, esta música está asistiendo a un renacimiento, pero sobre todo, a una mayor difusión en la que son muy importantes las redes sociales. Vivimos un momento apasionante y no podemos quedarnos en el redil. Hasta ahora los alumnos de instrumentos tradicionales solo pueden tocar en grupos locales o de baile. Debemos romper ese bucle. La música tradicional tiene que mirar más allá, sin prejuicios, pero sin perder de vista a nuestros antepasados.