Zamora capital incrementó el pasado año la pérdida de población, ya que se deja 614 habitantes en un padrón que tiene en estos momentos 63.217 inscritos, según las últimas cifras oficiales publicadas ayer por el Gobierno. Si hasta el año 2008 la capital era una especie de isla en el declive poblacional de la provincia, y de hecho era un polo de atracción para la gente de los pueblos, desde entonces se ha contagiado de la pérdida de vecindario y en el último año ha sufrido una de las caídas más espectaculares del último lustro.

Tampoco Benavente y Toro salen mejor paradas. La ciudad de los Condes Duques mantuvo el crecimiento poblacional hasta 2012, pero a partir de ese año el objetivo de llegar a los veinte mil vecinos en lugar de acercarse se aleja cada vez más. En este padrón se deja 235 vecinos y pierde la barrera de los 18.500, para quedarse con 18.350. Toro sigue el mismo camino que Zamora capital y desde 2008 no levanta cabeza. El pasado año perdió 99 habitantes hasta quedarse con un total de 9.115. Junto a estas tres ciudades encabezan el ranking de las que más habitantes perdieron Fermoselle, Villabuena del Puente, Galende, Fuentesaúco, Tábara, Trabazos, Carbajales de Alba, Villar del Buey, Coreses y Corrales. Solo 25 localidades crecen, aunque de forma moderada ya que soamente una, Moraleja del Vino, salta de los treinta vecinos. Todas ellas están situadas en el entorno de Zamora capital excepto Morales de Toro, que es la cuarta que más crece, doce vecinos.

El municipio más pequeño de la provincia es Quintanilla del Olmo, con 32 almas. Entran a formar parte del grupo de municipios menores de cien habitantes Villalonso, que cae de 101 a 96, Gamones, que pasa de 101 a 99 y Vallesa de la Guareña, de 106 a 99. Casaseca de Campeán está en el límite, ya que tiene cien vecinos. En el grupo siguiente, municipios de hasta 500 habitantes, se cae Villafáfila, que pasa de 506 a 478, Almeida que va de 500 a 492 y Manganeses de la Lampreana, de 519 a 499.

Trabazos baja de los mil (pasa de 1.002 a 967), mientras Morales de Toro recupera esa plaza (sube de 996 a 1.008). Por encima de dos mil habitantes sólo está Morales del Vino, que sigue creciendo, aunque sea más lentamente y no llega a los tres mil por cuatro habitantes. Mayor de cinco mil está Toro y por encima de los diez mil solo Benavente, cada vez más lejos de su objetivo de los veinte mil. La capital, por su parte, si continúa así corre el riesgo de perder el listón de los 63.200, cuando hace unos años, en 2008, casi llega a los 66.800.

El panorama, lejos de arreglarse, parece empeorar. Si la provincia, según estos datos referidos al último año completo, pierde 3.030 habitantes, las perspectivas no son mejores, ya que el avance del primer semestre del año, publicado hace unos días por Estadística indica que hemos perdido aún otros 1.389.